El camino hacia la creación de «50 Mujeres del Cine Argentino» comenzó en un formato distinto. Montesoro detalla cómo nació la idea: «Primero fue una temporada de podcast en 2020. Algunas de las entrevistas fueron realizadas en un programa de radio y otras complementadas para el podcast». El proyecto fue adaptado para enfrentar los desafíos de la pandemia, pasando de entrevistas presenciales a un formato completamente virtual. Una vez finalizado el podcast, surgió la oportunidad de transformar estas entrevistas en un libro gracias al apoyo de un proyecto de mecenazgo obtenido en 2020, el cual se materializó en 2021.
La selección de las historias y testimonios presentados en el libro refleja la intención de Montesoro de no teorizar, sino más bien de capturar historias de vida que se entrelazan con la profesión. «La idea original fue abordar el tema desde una perspectiva de género, pero sin ponerme académica. Nunca fue esa la intención, sino más bien plasmar historias de vida relacionadas con la profesión», explica Montesoro, destacando el valor humano detrás de cada testimonio.
Lo que hace especialmente atractivo a «50 Mujeres del Cine Argentino» es su formato: entrevistas que, como señala ella, «permite al lector adentrarse en cada historia desde distintos ángulos y en diferentes momentos». Un ejemplo que destaca Montesoro es la entrevista con Victoria Carreras, quien comparte su visión de un legado artístico que abarca tres siglos dentro de su familia, abriendo nuevas puertas para ahondar en su historia personal.
A lo largo de la conversación, se plantearon temas recurrentes que surgen en el libro, especialmente la inequidad y las barreras que las mujeres enfrentan en la industria del cine. Montesoro subraya que «en general lo que surgió en todas las conversaciones son las inequidades de distinto tipo. Qué pasa con una mujer en un igual puesto de trabajo y qué sucede con un hombre». Esta disparidad no distingue generaciones ni posiciones dentro de la industria, siendo uno de los puntos comunes entre mujeres con décadas de experiencia y jóvenes recién llegadas.
La conversación también aborda el concepto de microviolencia, como destaca Anahí Berneri en el libro. Montesoro menciona que esta microviolencia «es un concepto que recién ahora estamos viendo. La violencia no es solamente una violación o un abuso físico, sino también puede ser laboral o psicológica». Estos testimonios proporcionan una visión íntima y honesta de las dificultades cotidianas que enfrentan las mujeres en el cine argentino, un sector históricamente dominado por hombres.
Un dato revelador que se menciona es la disparidad en la transición de la academia al profesionalismo. Las mujeres constituyen el 50% de las estudiantes en las escuelas de cine, pero al concluir sus estudios, ellas representan un porcentaje significativamente menor en el ámbito laboral. «En la formación, las mujeres constituyen el 50%, pero las posibilidades de trabajo profesional son muchas menos para nosotras», resalta Montesoro.
A pesar de estas dificultades, los testimonios también subrayan un sentido de comunidad y colectividad entre las mujeres del cine argentino, quienes, al compartir sus experiencias, descubren cuán compartida es su lucha. «Hay un sentido de lo colectivo que es muy fuerte. Me resultó impactante ver que muchas mujeres estaban en esta situación o mirando las cosas de esta manera», expresa Montesoro.
La cuestión del cupo femenino también surge en las entrevistas. Mientras que algunas mujeres defienden esta medida como necesaria para fomentar la igualdad de oportunidades laborales, otras creen que la situación está empezando a mejorar de manera más orgánica. «Algunas están de acuerdo con el cupo, otras notan ya algunos cambios. Pero muchas creen que si no se logra de forma natural, habrá que recurrir a medidas más concretas», según relata Montesoro.
Finalmente, «50 Mujeres del Cine Argentino» se presenta como una obra que no solo documenta, sino que también celebra las contribuciones y la participación de las mujeres en el cine, ofreciendo al lector un panorama vivo de desafíos, éxitos y esperanzas para el futuro. El libro es un homenaje a las pioneras y a aquellas que aún luchan por sus lugares en la industria, promoviendo una reflexión sobre el camino recorrido y el que queda por delante para lograr una verdadera equidad.
La obra de Julia Montesoro es indudablemente un recurso valioso para entender el papel imprescindible de las mujeres en el cine argentino, un libro que se lee como un mapa de experiencias personales y profesionales que, juntas, narran una parte fundamental de la historia del cine en Argentina.