Martillo para las brujas: Entrevista con Andrea Marsili

Martillo para las brujas: Entrevista con Andrea Marsili

Fleur Noir presenta su nuevo álbum «Ale» en Argentina

La agrupación de tango compuesta por diez mujeres internacionales está realizando presentaciones en diversas localidades del país. Andrea Marsili, pianista, compositora y directora de Fleur Noir, nos habla sobre la recepción de su nuevo disco, los procesos creativos detrás del mismo y su relación con la música tanto clásica como contemporánea.

¿Cómo fue recibido el disco? Es un disco distinto de lo que venían haciendo, distinto en el sentido de que es un, con textos hablados, entre hablados y cantados, y me parece bastante distinto al disco anterior de ustedes, aunque el espíritu es el mismo, Especie de tango muy bien trabajado, con arreglos muy trabajados, pero bueno, diferente,

Totalmente, el disco anterior «Contrafuego» era más instrumental, ahí estaba en una búsqueda más tímbrica de los instrumentos que conforman la orquesta típica de esta orquesta de señoritas, y en este último disco quise también incluir la voz, pero como un instrumento y para trabajarla como un instrumento más, y bueno, los puntos de partida fueron siempre los textos de Omar Marsili, relacionados a temáticas de actualidad y que nos emocionaban e inspiraban de diferentes maneras.

Omar Marsili es tu padre,

Es mi padre.

¿Cómo fue ese trabajo?

Y siempre, desde siempre, digamos, hicimos este juego de creación, desde que soy chica, y él propone textos y yo los, es muy fácil, los escucho cuando los leo, la música o no la escucho, sirve o no sirve más a lo que la musicalidad del texto me genera. Y bueno, en esta vuelta habían sido muchos los textos en los que sentía que la necesidad de componer alrededor de eso, y bueno, de ahí la convocatoria a Daniel Melingo y a Aureliano Marín, que con esos timbres de voces tan característicos, tan personales, alimentaban la aspiración, y bueno. Y para las chicas estamos, el objeto de esta orquesta no solo es hacer esta música, la cual nos apasiona, sino también es como hacer un aporte al género y siempre estar buscando nuevos modos de expresión dentro del tango.

¿Eran textos ya cerrados o el trabajo es codo a codo con tu padre y lo va modificando? ¿Cómo es?

Totalmente, no, no, los vamos modificando, es un trabajo muy lento de ida y vuelta, a veces tiro el tema y él tira ideas, escribe y después se van. No, no, nos llevó tres años cerrar los temas, pero justamente yo trabajo con él porque hay una especie de ida y vuelta que nos permite mantener también no solo los artísticos, sino también el afectivo. Entonces como a la distancia está bueno, estos trabajos de creación a modo de Pong, si se quiere.

Yo entiendo, entiendo. Vos vivís hace mucho tiempo en Francia, Andrea, y tenés estudios académicos que están relacionados con música académica. En algún momento vi algunos reportajes donde hablás de Ligeti, por ejemplo, pero también de Piazzolla. ¿Se puede decir que conviven en vos estos dos mundos?

Absolutamente, yo me enamoré de Piazzolla siendo estudiante del conservatorio de música, estudiaba música clásica en Rosario. Mi profe de piano en aquel entonces me dijo, mira, si querés tocar bien Piazzolla tenés que ir a aprender los clásicos, así que me mandó a estudiar con un profe de tango. Y a partir de ahí me fasciné tanto con Pugliese, Izzard y Troilo como me había fascinado por Piazzolla y de repente lo que me termina marcando de Piazzolla es su actitud de ruptura, sus ganas de revolucionar, de hacer un aporte y de revolucionar un poco los moldes, los códigos del tango. Y también el hecho de crear un tango propio, eso es el que hace, el que marca para mí ese punto de Piazzolla, el que dice, bueno, es el tango de Piazzolla y uno lo identifica como tal. Muy rápidamente yo me dije que quería encontrar una firma propia, una identidad propia, entonces ahí partí a estudiar y a realizar estudios que me permitieran encontrar y que me ayudaran a encontrar y definir mi propia estética ahora. Así que ahí me fui a Estados Unidos, estudié piano, fui a Alemania a estudiar museo contemporáneo, fui a Francia y a la oficina de licenciatura de composición y el doctorado en la Sorbona en la que redacté una tesis sobre el lenguaje musical del tango.

Hay algo, porque si uno ve la formación de esto que vos llamás con justicia orquesta señorita, porque finalmente lo es, tiene una formación clásica de orquesta típica si se quiere, con una fila de bandoneones, con una fila de cuerda y con tu piano, pero no suena como una orquesta típica, o más bien sí suena como una orquesta típica, pero el abordaje del tango no es como el de una orquesta típica. ¿Está bien mi representación en ese sentido?

Está perfecto. Por aquel entonces, en el 2003, Verónica Botti y Luciana Jatouf quisieron fundar una orquesta de señoritas. Y después otras argentinas, las otras argentinas del grupo, llegamos a esa ciudad en el mismo año, nos comentaron el proyecto y yo venía con ganas de hacer tango nuevo, entonces ellas plantearon lo que querían hacer, yo planteé lo que quería hacer, dijimos, ah perfecto, entonces unimos ambos proyectos y de esto terminan naciendo La Flores Negras.

Escuchando el disco, que es una especie de EP, porque tiene seis temas, uno encuentra en los textos de tu padre Omar una dimensión política muy grande, ¿también está buscado por ese lado?

Mirá, no sé si político, en verdad, fueron años muy perturbadores en los últimos, en los momentos en que estaba componiendo este tema, había sido lo del Bataclan, los atentados en París del Bataclan, había sido lo de Santiago Maldonado, la desaparición que a mí, yo desde lejos me levantaba todas las mañanas a ver si había aparecido, o sea, no sé si es político. Yo encuentro que es humano, nada más.

No, ni hablar, ni hablar.

Y después también estaba el hecho, estaba shockeada de la cantidad de femicidios que había tanto en Argentina como en Francia, era muy abrumador, digo, yo no puedo estar feliz con mi piano y componiendo, perderme en las armonías, en las texturas de la música, yo también tengo que de alguna manera salir y decir, paren un poco. Entonces, simplemente empecé a componer alrededor de estas temáticas para tratar de digerirlas también, como que me ayuden a digerir lo cruel que puede llegar a ser el mundo, y bueno, y salió esto. Pero por otro lado, yo soy una persona muy oprimista y de ahí también salió el malambo, digamos, como que bueno, está todo esto que me afecta, pero también está esto otro que hace que la vida y el mundo puedan o sean maravillosos. Entonces, nada, aquí simplemente es un reflejo de una etapa del mundo y de cómo yo travesé aquellos años, y también un aporte, digamos.

Lo de Martillo para las Brujas, lamentablemente, es una temática que en la actualidad…

Sí, sí, sí, total.

Entonces, bueno, la idea era simplemente poner un grano de arena, no era, no es hacer política, es simplemente…

No, totalmente. Bueno, y finalmente todo es política, también, de algún modo, Digo, sin ser política partidaria, sin ser política partidaria es lo que quiero decir.

Sí, sí, sí, eso sí.

Andrea, hablaste de Alas de Malambo, que es el tema que vamos a escuchar después, y pensé un poco en tu ligazón, ahí en ese caso, pero es una teoría mía, a lo mejor estoy diciendo cualquier pavada, con la música académica argentina, porque pensé en Ginastera, por ejemplo.

Absolutamente.

Claro, hay algo de eso,

Sí, hay mucho de eso, Ginastera también, junto a Piazzolla fueron muy inspiradores en mi formación y quería que se viera, y también de ahí surge la idea de hacer un Malambo, como una especie de homenaje al maestro, por supuesto.

Mirá, bueno, acerté. Estamos hablando con Andrea Marcilli, pianista, compositora, directora de Fleur Noir, o Las Flores Negras, esta orquesta de señoritas que está presentando su nuevo disco «Tangos en Ale», aquí en la Argentina, y que va a estar, ahora voy a hacer la cuenta, mañana en San Pedro, en la Iglesia Nuestra Señora del Socorro, el jueves 31 en el Teatro del Bicentenario en San Juan, el sábado 2 de septiembre en el Festival Galas del Río de la Paz, y el domingo 3 en La Manzana de las Luces.

Perfecto. ¿Cómo está el tango en Francia y en Europa en general?

Mirá, los últimos años ha ido cambiando. A mi modo de ver, cuando llegamos a Francia hace ya 20 años, todos los grupos estaban muy presentes, por ejemplo la milonga, cada milonga que uno iba había un grupo que tocaba en vivo, estaba el auge del tango electrónico, así que había mucha gente que había acercado al género gracias al tango electrónico, y que después empezaron a escuchar otros grupos. Que no eran electrónicos, pero que su puerta de ingreso había sido el tango electrónico. Bueno, ahora todo eso se fue calmando, también con el tema de los presupuestos como han ido disminuyendo en todo lo relacionado a una parte de lo cultural, pero en todo caso ahora prácticamente son muy pocas las milongas que pueden recibir músicos en vivo. ¿Por qué? Porque los jóvenes no están, no es una música que van a venir a escucharla. Entonces, lo que sí notan el público, que bueno, nosotros somos otro tipo de público, somos gente que ya nos conoce desde hace muchos años, que ya continuaron nuestra trayectoria, nos acompañaron, y en nuestro caso es diferente, nosotros no hemos hecho el circuito de tango tradicional. Entonces, los que llegan a estos otros espacios culturales son los que les interesa descubrir proposiciones diferentes, nuevas, más únicas en el sentido de diferente, No es una propuesta alternativa. Entonces, el público que llega a nuestro proyecto es gente que escucha música clásica o jazz o músicas más abiertas, digamos. Pero como que el tango en sí hay una… y sobre todo después de la pandemia, yo he notado que se escucha muchísimo menos que hace ya unos, sí, 15 o 20 años.

¿Es complicado reunir o coordinar la agenda de 10 músicas de Argentina, Francia y Finlandia para, en el caso de Varias, tener que cruzarse el mundo para hacer seis fechas en otro país?

Mira, sí, es muy complicado. Es verdad que las cinco argentinas que formamos parte del grupo vivimos en Francia, así que en verdad estamos todas instaladas en las 10 en Francia, pero somos un grupo que se mantuvo unido desde el principio. Somos 10 y solo tres cambiaron en estos últimos 20 años. Incluso se han ido a vivir a ciudades más alejadas de París, pero vienen religiosamente para ensayar o para grabar o para hacer giras. Es un grupo en el que estamos todas involucradas y hay mucho, mucho compromiso con el género y con el ensamble. Creo que eso también se ve en el escenario y que realmente defendemos el proyecto de manera a full.

Me parece genial. Andrea Marcili, pianista, compositora y directora de la agrupación Fleurs Noires o Flores Negras. Qué lindo nombre porque esto refiere, por supuesto, al tango de Caro. 10 mujeres de Argentina, Francia y Finlandia. Esta orquesta de señoritas, una orquesta modélica, una orquesta típica con líneas de cuatro bandoneones, con una línea de violines, más viola, más contrabajo, más piano. Una orquesta típica modélica, pero hacen una música que tiene que ver con un tango más académico, que está muy bueno. Y este disco, sobre todo, es un gran desafío porque hay muy poco cantado y hay mucho cantado y hablado, sobre todo por la voz de Daniel Melingo.

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