El Museo Judío de Buenos Aires y el Centro Cultural Borges se visten de gala para recibir la exposición «Memoria» del influyente artista ruso norteamericano Boris Lurie. Esta muestra retrospectiva, que cuenta con 130 obras del artista, se presenta por primera vez en Argentina como parte de una gira latinoamericana organizada por la Boris Lurie Art Foundation de Nueva York. La inauguración tuvo lugar el martes 10 de octubre en el Museo Judío, mientras que en el Centro Cultural Borges está desde el miércoles 11 de octubre.
En una reciente entrevista con Cecilia González, curadora de la exposición en el Centro Cultural Borges, pudimos profundizar en la figura de Lurie, su arte y las motivaciones que lo llevaron a ser un crítico feroz del pop art y del mercado artístico.
Boris Lurie nació en Rusia y experimentó en carne propia los horrores del Holocausto, una vivencia que lo marcó profundamente y que se refleja en su obra. Después de la guerra, se trasladó a Nueva York, donde desarrolló su carrera artística. De acuerdo con González, “Boris Lurie fue un artista comprometido con la verdad y un crítico agudo de la hipocresía en la sociedad y en el arte”. Lurie es famoso por su postura combativa frente a las corrientes artísticas dominantes de su tiempo, especialmente el pop art, al que consideraba una celebración del consumismo y una forma de evasión de la cruda realidad.
A través del movimiento «No!Art», Lurie y sus colegas promovieron una forma de arte que desafiaba las normas estéticas y las categorías tradicionales. “Este es un no que considero positivo”, señala la curadora, refiriéndose al espíritu de contrariedad de Lurie frente a la violencia, la discriminación y el olvido histórico. Gonzáles sostiene que el artista cuestionaba el pop art como «un movimiento que favorecía el consumismo y ocultaba las historias más oscuras de la humanidad, como lo ocurrido en el Holocausto».
Lurie no sólo participó de un movimiento artístico contestatario, sino que también abogó por un arte libre de clasificaciones. “No somos narradaristas, no somos impresionistas, no somos pop art, pero somos todos”, son palabras del propio Lurie en la inauguración del movimiento !No!Art», reflejando su deseo de libertad estilística ante las etiquetas opresivas del arte convencional.
Un aspecto notable de Lurie fue su rechazo al mercado del arte, una decisión que impactó en la difusión de su obra. El desinterés de Lurie por vender sus obras contribuyó a que su fama creciera más lentamente. Sin embargo, tras su muerte, la Boris Lurie Art Foundation ha trabajado en la difusión de su arte y pensamiento, asegurando que su legado sea compartido y apreciado en todo el mundo. Esta Fundación se sostiene gracias a la fortuna que heredó Lurie de su padre, un exitoso comerciante, y que destinó a la promoción del arte del «No!Art».
El enfoque artístico de Lurie es de una diversidad notable, como comenta González, “Boris Lurie tiene una variedad impresionante de estilos. Incluso toma elementos del pop art aunque los utiliza de manera irónica”. La técnica favorita del artista eran los collages, donde a menudo empleaba materiales de desecho como soga, cemento y cartón, lo que convertía sus obras en una declaración contra el consumismo dominante.
Así, aunque en vida su obra no fue exhibida con frecuencia, las iniciativas actuales han dado lugar a su reconocimiento póstumo. «La llegada de estas 130 obras es un gran acontecimiento para Argentina», resalta González, destacando la importancia de esta muestra para el público local.
En cuanto a la influencia de Lurie en el ámbito local, la curadora señala que artistas argentinos como Luis Felipe Noé y Jorge de la Vega comparten similitudes con su enfoque caótico y su rechazo a lo convencional. «Podría decir que Noé lleva este estilo del caos, y los artistas del informalismo», reflexiona González.
La muestra «Memoria» estará disponible en el Museo Judío de Buenos Aires, situado en Libertad 769, y en el Centro Cultural Borges, en Viamonte 525, desde el martes 10 de octubre hasta el 1 de diciembre. Las obras de Lurie prometen ofrecer al público una experiencia única, invitando a la reflexión sobre la verdad detrás de las imágenes, el consumo y las tragedias humanas que no deben ser olvidadas.
Para más información, los interesados pueden visitar el Museo Judío de lunes a viernes, de 10 a 18, y el Centro Cultural Borges en el mismo horario. Cecilia González invita a todos a conocer y reflexionar sobre el legado de Boris Lurie, un artista que con su obra, buscó despertar y confrontar al espectador con la realidad que nos rodea.