En la vibrante atmósfera del barrio de Palermo, en Buenos Aires, resurge el espíritu del cabaret parisino de la mano de Nanna, una cantante y compositora nacida en Montmartre, París, quien ha hecho de Argentina su hogar. Este viernes 23 de diciembre, a las 20 horas, cierra el año con la última función de su «Cabaret de Nanna» en el Bebop Club, un espectáculo que ha estado hablando de la ciudad todo el año.
Nanna, una artista con una voz genuina y un carisma que trapasa fronteras, ha recreado con éxito el ambiente de los clubes de los años 30 de París adaptándolos a la riqueza cultural y emocional de Argentina. «El cabaret es algo musical, una propuesta musical, pero también una propuesta de montaña rusa de emociones, como la vida», declara con entusiasmo. Este espectáculo ofrece un viaje emocional que, como describe su creadora, «pasa de cosas alegres a cosas más dramáticas, pero siempre con intensidad y autenticidad».
El evento no es solo un show musical; es una experiencia inmersiva que ofrece una conexión única entre artistas y público. «El lugar de Bebop es un lugar que se presta mucho a que la gente comunique entre sí. Especialmente después de la pandemia, es súper lindo hacer participar al público», señala Nanna, quien constantemente busca convertir al espectador en cómplice. Las imágenes de los asistentes con antifaces, bandanas y plumas nos dan una idea de cómo se desdibuja la línea entre el escenario y las butacas.
Acompañada por un talentoso grupo de músicos y artistas, incluyendo a Mariano Zarrampiano en el piano, Daniel Mayor en la trompeta y la bailarina de tap Rosario Ruete, Nanna despliega una fusión de estilos que va desde la chanson francesa, con homenajes a íconos como Edith Piaf y Josephine Baker, hasta sus propias composiciones marcadas por ritmos rioplatenses. «Me gusta que hayan ritmos rioplatenses. Por eso hago este homenaje con Dictor Simón, que es heredero de los hermanos Simón, con el folclore», comenta al respecto. Su música es una celebración de la mezcla cultural que ella vive y respira, reflejando su propia historia personal de raíces europeas, con una madre alemana y padres de Túnez.
El show es también una oportunidad para explorar su peculiar metodología de selección de repertorio. Cada presentación, asegura, es distinta: «El repertorio se va afinando en las últimas semanas […] Es un privilegio poder hacer espectáculo vivo. Es una responsabilidad de hacerlo vivo». Así, además de su universo clásicos franceses, el cabaret de Nanna también se abre a otras influencias culturales, como su reciente inclusión de una obra de una poeta iraní, relevando una sensibilidad cosmopolita que enriquece su propuesta artística.
El vínculo entre París y el tango siempre ha sido muy cercano y significativo, algo que no pasa desapercibido para Nanna, quien descubrió su amor por Argentina a través de este género. «Conocí a Argentina a través del tango. Me parece que en el tango permite también ese uso de la voz de ópera», expresa, destacando la conexión emocional y poética entre ambos estilos que convierten su espectáculo en un puente cultural entre continentes.
Para la última aparición del cabaret este año, Nanna promete sorpresas en homenaje a los actuales eventos de fin de año, como el Mundial de Fútbol y las celebraciones navideñas. «Vamos a tener sorpresas. Pero bueno, no voy a revelar todo, hay que ir», aventura la artista sobre lo que será una despedida a lo grande para su cabaret.
Las entradas para este espectáculo único están disponibles en el sitio web del Bebop Club, un espacio que, gracias a su ambiente íntimo y colaborativo, se ha convertido en el escenario ideal para el Cabaret de Nanna. Al dejarse envolver por la magia de la música en vivo, el público podrá disfrutar de una velada irrepetible que combina tradición, contemporaneidad, emociones y un inconfundible toque personal que solo Nanna puede ofrecer.
En este mundo donde las fronteras culturales se diluyen, Nanna defiende que «la localización permite renovar y recrear para que sea siempre un arte del presente». Este cabaret es sin duda una manifestación de ese arte vibrante y vivo que hermana ciudades y corazones, llevando París a Buenos Aires con la misma pasión y champán que son la esencia del cabaret.
El viernes 23 de diciembre, en el Bebop Club, será la última oportunidad de dejarse envolver por la magia de Nanna y su cabaret, un espectáculo que ya es parte de la viva historia cultural de Buenos Aires.