El barrio Cornelio Saavedra, un lugar que se distingue por sus 400 chalecitos de estilo californiano, su parroquia, una escuela, un centro comercial, un cine y una amplia plaza, lleva en su esencia la marca del peronismo. En la presentación del proyecto, Ortiz Maldonado señaló: «La intención es reivindicar la historia de nuestro barrio y devolverle el nombre que le fue otorgado en un inicio».
Según los fundamentos del proyecto, la intención es retomar el nombre original que fue implementado el 16 de septiembre de 1949, cuando se inauguró el barrio bajo el gobierno de Juan Domingo Perón. Era un reflejo del auge del bienestar social promovido durante esa época, simbolizando la alta calidad de vida y la equidad que se buscaba para los argentinos. «Se trataba de un ejemplo urbano del sueño peronista de hogares dignos para los trabajadores y sus familias», aclara Ortiz Maldonado.
El cambio de nombre del barrio se produjo en 1955, durante la dictadura militar Automotriz, cuando se trató de borrar las huellas del peronismo en la estructura social y urbana de Argentina. En este sentido, Iáñez explicó: «El nombre actual, impuesto por un gobierno de facto, se yuxtapone con el barrio de Saavedra, lo cual genera confusión. Este proyecto busca reparar un acto de censura histórica».
Durante la entrevista, Pablo Ortiz Maldonado remarcó la importancia de revivir el legado del expresidente Juan Perón a través de esta iniciativa. «No se trata solo de cambiarle el nombre a un barrio. Es un acto de justicia histórica que permite a sus habitantes reconectar con la identidad que verdaderamente representó y representa este lugar». Asimismo, destacó que esta modificación no solo honraría a Perón, sino que también fungiría como un recordatorio de los valores y políticas que definieron al peronismo y su impacto en la urbanización y bienestar social durante el siglo XX.
El proyecto ha desencadenado diversas reacciones en la comunidad, que varían desde aquellos que apoyan fervientemente la recuperación de la identidad original del barrio, hasta los que prefieren mantener el nombre impuesto por consideraciones de costumbre o por razones políticas. Ortiz Maldonado expresó: «Entendemos que es un tema sensible en el que hay opiniones divididas, pero creemos firmemente en la necesidad de debatirlo abiertamente y permitir que la comunidad participe de esta decisión».
Una de las cuestiones planteadas es si el cambio de nombre afectaría la vida diaria de los residentes. A esto, Berenice Iáñez contestó con seguridad: «Realizar este cambio no alterará el día a día de los vecinos en términos de direcciones postales o trámites burocráticos. Además, estamos trabajando para que la implementación sea lo menos disruptiva posible».
El proyecto también se detiene en la significancia de un nombre y la identidad que otorga a los barrios, al margen de su función meramente nominal. «Los nombres no solo denominan un lugar, configuran una identidad. Reconocer el barrio como Juan Perón significa permitirnos recordar y honrar un periodo de nuestra historia que nos marcó», destacó la diputada.
A medida que el debate avanza en la legislatura, se espera que los vecinos de la Comuna 12 se involucren con sus opiniones y propuestas, permitiendo así un proceso más participativo. Ortiz Maldonado e Iáñez han asegurado que están dispuestos a escuchar todas las voces y consideran este proyecto como un punto de partida para explorar más formas de reconocer y valorar la rica historia de los barrios porteños.
En última instancia, la propuesta de renombrar el barrio representa una oportunidad para reexaminar la historia urbana de Buenos Aires y contemplar cómo las decisiones del pasado continúan influyendo en el presente. «Esta es una posibilidad de reescribir una parte de nuestra historia, de reinstaurar lo que una vez fue y aún puede seguir siendo importante para la comunidad. Es un paso hacia adelante para no olvidar lo que tanto costó construir», concluyó Pablo Ortiz Maldonado.
Con este proyecto, no solo se debate un cambio de nombre, sino que también se revive un capítulo esencial de la historia argentina, celebrando la herencia y legado peronista que ha dejado huella en la arquitectura y en la identidad cultural de los barrios de Buenos Aires.