Desde el 22 hasta el 30 de abril, la Ciudad de Buenos Aires se convierte en el escenario del onceavo Festival Shakespeare. Este evento cultural, que combina la tradición teatral con las posibilidades de la tecnología moderna, es dirigido por Patricio Orozco. Bajo su dirección, el festival ha adoptado un formato híbrido, integrando actividades presenciales y virtuales. Esta modalidad permite un acceso más amplio y democrático a las diversas propuestas del evento, acercando el legado shakesperiano a una audiencia que trasciende fronteras geográficas.
«Lo que estamos haciendo virtualmente es entrevistar a académicos del exterior, tener estas charlas por Zoom, masterclass o estas conferencias de especialistas en los temas que vamos tratando en las distintas ediciones», explica Orozco. A pesar de que el festival ha vuelto parcialmente a la presencialidad, mantiene el formato virtual que fue necesario en la pandemia, destacando que «eso, además de abaratar muchísimo los costos, permite que la gente… pueda verlas cuando quiera.»
El festival no solo se centra en el arte teatral, sino que también aborda temas sociales relevantes, como el suicidio adolescente. Este año, el festival incluye paneles con especialistas y un enfoque en la representación de los suicidas dentro de las obras de Shakespeare. «Siempre como excusa un texto de Shakespeare», comenta Orozco, quien también destaca que «hay muchas parejas bárbaras en Shakespeare que su historia termina mucho mejor» que la de Romeo y Julieta. La idea surgió al reflexionar sobre el impacto emocional de esta famosa tragedia y su relevancia para las problemáticas juveniles actuales.
Premios y Homenajes
El festival retoma también la entrega de premios que fueron postergados debido a la pandemia. El premio Shakespeare 2021 será entregado a Oscar Aráis y se rendirá homenaje a Tom Stoppard, el célebre escritor y dramaturgo inglés. Estos actos se realizarán de manera presencial, subrayando la conexión del festival con el teatro en vivo, esencial a la experiencia shakesperiana.
Teatro para Todos: Obras Innovadoras y Joviales
Uno de los focos principales de esta edición es el teatro joven y experimental. El festival ofrece una plataforma para nuevas voces y adapta clásicos para atraer a audiencias contemporáneas. «Me parece súper importante darle una oportunidad, un espacio, porque están trabajando con textos clásicos, adaptándolo, pero se vieron crear la obra antes de adaptarla», señala Orozco. Entre las obras destacadas se encuentra «Cheshper», un juego de palabras ingenioso que involucra la gastronomía, y «Macbeth», presentada desde una perspectiva clown.
Estas adaptaciones permiten que los jóvenes se apropien de los textos clásicos, presentando su visión y conectando con sus pares de manera significativa. «Los clásicos son clásicos porque son buenos, no porque son viejos», afirma Orozco, destacando el valor intrínseco de las obras de Shakespeare, que siguen resonando hoy en día.
Un Espacio para la Innovación
El Festival Shakespeare de Buenos Aires se celebra en varios espacios, incluido el Club de Teatro Belisario. Establecido en la calle Corrientes, cerca del Paseo La Plaza, el lugar ha sido fundamental para la realización del evento. «Es un amigo del festival», dice Orozco en referencia a Belisario Savignone, el propietario del lugar. «Nos dio buenos horarios y días», lo que ha facilitado la celebración de muchas de las obras teatrales jóvenes.
El festival, al incluir estas adaptaciones modernas, se convierte en un crisol cultural donde se funden lo clásico y lo contemporáneo, lo local y lo internacional, lo presencial y lo virtual. Es una celebración de la vida y el legado de Shakespeare que continúa reinventándose y demostrando su relevancia en el siglo XXI.