«Captura de Aves Silvestres»: Un Vuelo Anti-Narrativo que Cautiva Buenos Aires

«Captura de Aves Silvestres»: Un Vuelo Anti-Narrativo que Cautiva Buenos Aires

La experiencia teatral ofrecida por Basamenta no es una típica representación narrativa con una estructura lineal. Ignacio Torres, director de la obra y miembro fundador del colectivo, nos conduce a un viaje en el que redefine la interacción entre el espectador y el escenario. Con una propuesta que desafía las normas convencionales, «Captura de Aves Silvestres» no es solo una obra, sino un vivir constante de redescubrimiento. Como lo describe Torres: «Es una obra que tiene un carácter experimental, como todas las obras que hicimos con nuestro grupo. Y llamativamente los espectadores se enganchan con una propuesta que no apunta justamente a algún resultado o a una eficacia narrativa, sino justamente a abrir un experimento cada semana distinto».

El título de la obra sugiere múltiples capas de significado, desde la literalidad de atrapar aves hasta una búsqueda más intangible de capturar la esencia fugaz de lo que significa ser una criatura salvaje. Esta multiplicidad de interpretaciones se reflejan en una estructura sin patrones fijos. La obra se configura a través de escenas aparentemente desvinculadas, que evocan el vuelo caprichoso y libre de un ave en su hábitat natural. Ignacio Torres enfatiza: «Nosotros siempre trabajamos de manera colectiva, grupal, y siempre creo que hay como derivas de trabajos anteriores que siguen resonando. No planteamos como encontrar respuestas o llegar a resultados, sino un poco actualizar preguntas que nos vamos haciendo».

La experiencia se polariza entre lo artístico y lo visceral, capturando una gama de sonidos, movimientos y emociones humanas integradas con las vibraciones animales. El gran hincapié puesto en los elementos no verbales de la obra proporciona una atmósfera que se transforma constantemente, permitiendo que el espectador sea parte del laberinto contemplativo. Torres explica con claridad sobre esta dinámica: «Hay un trabajo, como decía antes, muy serio. Somos medio rusos, me sale como… Llegamos a los ensayos y casi que no hablamos, nos ponemos a ensayar durante dos o tres horas o cuatro horas, lo que dure el ensayo, y nos quedamos con esas preguntas como abiertas».

La vitalidad y la naturaleza mutante de la obra han resonado profundamente con su público. Algunos seguidores fieles han asistido repetidamente, encontrando cada vez una representación distinta, lo que demuestra el poder magnético de esta obra singular. Una parte significativa del atractivo es el laborioso trabajo físico y vocal por parte del elenco, compuesto por artistas jóvenes talentosos que aportan una energía cruda e irresistible al escenario. «Sí, la poesía creo que tiene que estar en una obra de teatro. Tiene que ver también con esto de no dar todo servido, no dar todo masticado», menciona Torres con respecto a la intensidad del trabajo realizado por el equipo actoral.

La interacción dinámica y fluida se ve reforzada por el meticuloso cuidado en la producción. Torres no es solo un director; es un arquitecto de sensaciones, apoyado por un equipo de colaboradores talentosos como Lili Rossi, entrenadora vocal, y Pablo Castronovo en entrenamiento corporal, quienes aportan una sólida base técnica. El director señala: «Primero como un mundo de aves que podíamos haber estado durante años, porque es interminable, es infinito».

A lo largo de la obra, hay una búsqueda constante de frescura y autenticidad en la actuación, que convierte cada función en una entidad única. Pero este espectáculo no es solo para aquellos que frecuentan fervientemente el teatro, ya que su particularidad apela a un público mucho más amplio, en busca de una experiencia verdaderamente única. Como declara Torres, «Yo creo que hay algo ahí que está vivo. Yo creo que ahí hay una posible respuesta. La gente va a ver una obra que está viva, que los actores están en carne viva, que están en presente».

Para disfrutar de «Captura de Aves Silvestres», la cita es en el Camarín de las Musas, ubicado en Mario Bravo 960, con funciones los viernes a las 22 horas. Esta propuesta innovadora promete desafiar las formas tradicionales y cautivar los sentidos de quienes se atrevan a dejarse llevar por esta singular odisea teatral. Es una representación que desafía lo conocido y, a través de lo impredecible, encuentra una universalidad conmovedora y reflexiva en cada actuación.