La historia detrás del libro que celebra la cultura de los bodegones y desafía la ola gourmet.
Vamos a hablar de un libro, en su momento hablamos con los chicos de Anti Gourmet. Anti Gourmet es ese movimiento gastronómico que revaloriza bodegones, fondas, parrillas, esa cosa que nos gusta del plato abundante, del plato sabroso y sin pretensiones. Bueno, los Anti Gourmet cumplieron 10 años, y para festejarlo lanzaron La Biblia y el Bodegón, un libro publicado por la editorial Área de Picnic, escrito por Matías Pierrad, que es uno de los Anti Gourmet, integrante de este comando, que desde hace una década creó, a partir de esta búsqueda de la que yo hablaba, de bodegones, parrillas, lugares, el blog Anti Gourmet, donde nosotros nos encontramos con las críticas de algo más, porque había reseña de los lugares, hay reseña de los lugares que visitaban, pero también se ocupaban de contar la historia del lugar, a través de charlas con el dueño, con los mozos, con los comensales, y una manera muy particular también de hablar de estos espacios.
El libro ya está disponible en librerías, está en Cuspi, lo he visto, y en varias más, también se puede comprar a través del blog, y estamos en charla con Matías Pierrad. Matías, ¿cómo te va? ¿Cómo estás?
Matías Pierrad: Hola, ¿cómo andan? Muy linda la introducción, muchas gracias.
– Bueno, ¿ya tiene un restaurante? ¿Le faltaba el libro?
Matías Pierrad: Sí, frutillita del postre. Después de 10 años, decidimos hacer un compilado de todo lo que significaba el bodegón para nosotros, y nos pusimos a trabajar con Sole (Soledad Aguado, la editora) para poder plasmar, porque claro, son 10 años que nos fue llevando por un montón de caminos el bodegón, y abrimos la caja con todas las libretitas viejas, todos los videos, tenemos casi 10 teras de videos grabados de los 10 años, y bueno, estuvo buenísimo, un laburazo fue.
– Me imagino que sí, me imagino que sí. ¿Cómo quieren que funcione? Porque funciona a muchos niveles, como una guía, si se quiere de algún modo, también una manera de ver la gastronomía, que es la manera de ustedes, una manera también de que la gente conozca y no se sienta excluida, cuando la ola gourmet parece que tapa todo, y que ustedes un poco defienden también el gusto de quien quiere seguir yendo a los bodegones, que quiere seguir comiendo abundante, ¿De algún modo?
Matías Pierrad: Sí, sí, exactamente. Lo lindo fue que cuando empezamos nosotros en el 2014, la movida gourmet predominaba, y todos los lugares hablaban de maridajes, de fusiones, de experiencias, de menú de pasos. Nosotros ahí no nos sentíamos representados, y hoy 10 años después es como que aportamos un granito de arena que el bodegón se revalorizó, y no solo el bodegón. Digo, el bodegón, la cantina, el buffet de los clubes que hay un millón ahora, es como que los cocineros más famosos, o los que están en Masterchef, hoy se están poniendo cantinas y bodegones. Es como que de esa parte decimos, che, bueno, aportamos ahí una mirada de que en estos lugares está la esencia gastronómica argentina. Ojalá que la podamos seguir manteniendo y que se la conozca en todo el mundo.
– Eso es verdad lo que decís, Hace 10 años, cuando ustedes arrancaron, el bodegón había caído en desgracia en la consideración, Se sentía que ir a un bodegón era ir a comer mala calidad, o comer…
Matías Pierrad: Exactamente, exactamente.
– Y hoy es otra cosa, Hoy, tenés razón, porque incluso hay bodegones, esos bodegones que eran vilipendiados por ahí en ese momento, ahora, y se me ocurren algunos casos, no sé, Barcelona, Espialla de Dinápolis, que ahora todo el mundo quiere ir. Y lo perdimos.
Matías Pierrad: Exacto. Vos calculá que en el 2014, ir a comer a un bodegón era salir con olor a ajito, que no cambiaban el aceite, que los baños no se podían usar, había un montón de mitos alrededor del bodegón, que bueno, era un poco lo que nos molestaba a nosotros, más viniendo del interior del país.
– Claro, es verdad.
Matías Pierrad: Así que en el interior movida gourmet no hay.
– Claro, es verdad. En Jumil no hay un gourmet.
Matías Pierrad: Es verdad, es verdad. Y después está, que está muy presente en el libro, ustedes quisieron hacer otra cosa, Y no hablaron solo de comida, hablaron de ambiente, hablaron de lo que pasaba, hablaron del parroquiano, me parece que eso también los diferenció.
Matías Pierrad: Sí, sí, bueno, nosotros fuimos siempre del lado del comensal, nunca nos pusimos del lado del periodista o crítico gastronómico o influencer ni siquiera. Éramos comensales que simplemente contábamos lo que nos pasaba, y en esa búsqueda, lo que estuvo bueno también es encontrarnos historias de mozos, de bacheros, de otros comensales, y especialmente de, nosotros le decimos los viejenials, que es la gente de más de 70, 80 años que agarró el bodegón como refugio, y que está ahí hace 30 años comiendo en la misma mesa, el mismo plato, mirando para la misma ventana, y es, che, contame por qué estás acá, qué es lo que te da este lugar. Y ahí encontramos, bueno, un montón de otras formas de entrarle al bodegón, que no solamente es la comida abundante, que eso siempre hay, y bueno, es lo que tratamos de plasmar en el libro de los viejenials, Esas historias de abuelos, porque si vos pensás en un bar, en un cervecería, por ejemplo, te los echa a los abuelos el bar. Viste, la banqueta está alta, la música está fuerte, los pibes están gritando. Entonces, che, ¿dónde puede encontrar un lugar para seguir yendo a alguien mayor? Y ahí encontramos que el bodegón también funciona para eso, para la gente que está sola, para la gente que está buscando otro tipo de conexión humana. Por ejemplo, cuando nosotros decidimos abrir nuestro espacio, en la esquina delantes, si tenés más de 80, comés gratis. Por ejemplo. Un delirio. Como, ¿ustedes se fueron a la mierda? Bueno, sí, nos fuimos a la mierda, pero la idea era que venga el nieto a traer al abuelo, que tengan un momento de conexión, que dejemos los celulares un poco, y que volvamos a encontrarnos alrededor de una mesa.
– Matías, respecto del libro, ¿cuánto tiene de material que ya apareció en el blog? ¿Cuánto tiene de material nuevo? ¿Cuál dirías que ahí es el porcentaje, más o menos?
Matías Pierrad: Y el 20%, poquito, está en el blog.
– Ah, bien.
Matías Pierrad: Sí que está reversionado. O sea, eso es lo que me propuso Sole, volver a agarrar toda la reseña del blog y de cada uno encontrar un punto, hacerle como doble clic y hacer un labor de investigación de lo que pasé ese día, sobre un punto solo de lo que sería la reseña entera. Y después hay un montón que nunca habían salido, porque no están en el blog directamente. O sea, todo lo que es bodegones del mundo, viejenials, mozos y poesías que las escribió mi viejo a los objetos sagrados del bodegón, El sifón, los escarabadientes, la bandeja cachada, un montón de material, infografías. Geología de platos, lenguaje de señas bodegoneros, hay un montón de cosas que no están en ningún lado, solo en el libro. Así que hicimos un labor lindo para no repetirnos, principalmente.
– ¿Querés decir el nombre completo de Sole? Que suena Sole y no conocemos todo el nombre. ¿Quién es?
Matías Pierrad: Sí, es Soledad Aguado, que es la editora de Área de Picnic, que conoce a el anti desde hace 10 años, y le dije, ¿por qué no me ayudas a hacer un libro que reúna los 10 años? Y hace un año y medio nos pusimos a trabajar con ella. Es una genia, la verdad que nos cambió completamente la forma de entrarle al bodegón también.
– Estamos en charla con Matías Pierrad, uno de los Anti Gourmet, que están presentando su libro, La Biblia y el bodegón.
Entrevistador 2: Matías, ¿qué tal, cómo va? ¿Cómo andás? ¿Todo bien? ¿Quién te parece que es el lector de este libro, de este libro del Anti Gourmet?
Matías Pierrad: Bueno, el otro día, por ejemplo, para el Día del Padre…
– Es un gran regalo.
Matías Pierrad: Es un gran regalo, exactamente. Fue buenísimo. Hicimos una campaña chiquitita y se vendieron un montón de libros de esos; era para tu papá bodegonero, Pero vos calculás también que el 60% de la comunidad del Anti Gourmet son mujeres, que eso también nos sorprendió desde el día uno. Era, che, pero el bodegón está lleno de grupos de mujeres también. Ayer, por ejemplo, fuimos a uno en Florida y éramos la única mesa de hombres y había 12 mesas de mujeres.
– Increíble.
Matías Pierrad: Yo al principio empecé a escribir mucho para grupos de amigos y a los 3, 4 meses me di cuenta de que eso se ampliaba a familias con pibes que van y te destrozan el lugar, los viejos que se hacen propio el espacio como refugio, grupo de amigos, grupo de amigas, cumpleaños. Entonces, el bodegón es muy, muy, muy amplio. Muy, es inabarcable prácticamente. Por eso escribimos 280 páginas. Pero el principal lector del libro es el que le gusta recorrer bodegones. Lo puede usar como guía de bodegones porque hay 105 lugares para visitar, pero también lo puede usar para encontrar una historia que le dé más ganas de visitar ese lugar que la comida en sí. La comida al final del túnel es la misma.
– Y también le sirve para chatear con los amigos bodegoneros sobre conocimientos sobre bodegones, por ejemplo, porque es una guía de data paralela, digamos.
Matías Pierrad: Exacto, muy quirúrgico todo. Todo lo que está ahí son datos que no vas a encontrar en Google o en una reseña de algún influencer de Instagram que hace los videos de 30 segundos, de anda, bomba, bomba, bomba, el plato gigante, bla, bla, bla. Bueno, la idea era ir por otro lado, otra forma de revalorizar estos lugares. Y lo otro que también está bueno del libro es que se lo estamos repartiendo gratis también a todos los bodegones. Entonces, por ejemplo, en Gigio el Cenédice o en Acuñabar se armaron una mesita de libros, de libros sobre gastronomía, donde uno de los libros es La Biblia del bodegón. Pero está bueno también que cuando entres a cualquier bodegón tengas tres, cuatro, cinco libros que hablen del tema. No, el de Pietro, el nuestro, que sea lo que sea, porque eso te da un poco más de marco cultural y de que ese lugar no es solo para comer, que hay un montón de otras cosas que pasan alrededor y que hay un montón de familias que trabajan ahí. Entonces, a cuidarlo viejo, a cuidarlo.
– Matías, ¿cómo andás?.
Matías Pierrad: Hola, todo bien.
– Viendo el sitio y todas las cosas que tienen, todos los derivados de esta idea, ¿cómo definirías Anti Gourmet? ¿Comunidad es la palabra que mejor lo define?
Matías Pierrad: Sí, sí, el otro día estábamos hablando también con la radio de la CNN y me preguntaban, es muy de familia. Le digo, más que familia es comunidad, es eso. Se armó una red más o menos de…
– ¿Cuánta gente?
Matías Pierrad: Veinte mil. Y hay veinte mil personas que nosotros tenemos contacto, que es un montón si te pones a pensar, porque en las redes tenemos doscientas cincuenta mil personas en general. Pero ese número es, vos decís tengo dos millones de seguidores, pero, pará, ¿hablas con dos millones de tipos? No.
– Claro.
Matías Pierrad: Bueno, entonces no tenés dos millones.
– Además es mejor tener veinte mil bien fieles que dos millones por ahí perdidos.
Matías Pierrad: Sí, y te digo, es mejor tener quinientos que veinte mil. O sea, veinte mil es un River, viste, vos decís, che, todos los días tengo que hablarle a un estadio de River. Es difícil esa comunicación, más en tiempos donde se desgregó completamente las redes sociales, tenés catorce mil canales distintos. Bueno, que le puedas hablar a través de un newsletter o a través de una aplicación que tenemos a veinte mil personas, que además esa persona tenga la posibilidad de retroalimentar y decir, che, encontré un bodegón en tal lado, súmalo al mapa. Bueno, es algo un poco más real, Salirse de la red social para hacer algo. No sé, yo te digo, debo haber conocido a veinte mil tipos por el Anti, la cara. Viste, o sea, hablé con gente. No es que anduve solo por redes sociales haciendo un vivo de Instagram. Es decir, esa parte que es como muy subterránea, muy lenta también, que son diez años de construcción, hace que se siga todo el tiempo llenando de mails y de recomendaciones. O sea, tenemos un Excel con treinta mil bodegones recomendados por el país, y yo llevo trescientos cincuenta recorridos. O sea, necesito quince vidas para recorrerlos.
– Es impresionante. Siempre están pensando alguna cosa más, alguna idea más. ¿Qué se viene?, ¿tienen algo en carpeta?
Matías Pierrad: Sí, sí, hay unas cuantas ideas locas, la primera que viene ahora pronto es el chat de Inteligencia Artificial, que te va a recomendar bodegones, rutas gastronómicas, ya la estamos terminando de programar. En el anti somos cinco, de los cuales tres somos programadores, así que hay una mirada muy del sistema, viste, que nos ayuda mucho también a hacer compras centralizadas, bueno, un montón de cosas que siempre, digamos, le excede a la búsqueda del bodegón, así que queríamos eso, que diga, che, dame un bodegón de floresta, y al toque te lo conteste.
– Bien, me gusta que siendo programadores hayan ido por el libro, que es un objeto que no se pierde, y me parece que es una hermosa idea. Matías, bueno, gracias por charlar con nosotros, felicitaciones por el laburo de tantos años, diez precisamente, y lo mejor para lo que viene.
Matías Pierrad: Bueno, muchísimas gracias, gracias por darle el espacio al movimiento, al movimiento Anti Gourmet.
– Bueno, un abrazo grande.
Matías Pierrad: Un abrazo grande.
– La buena onda que tienen los Anti Gourmet se traduce en la que tiene Matías cada vez que habla con nosotros. Creo que la otra vez también era él el que habló con nosotros. Y si no es él, nosotros somos igual de buena onda. El Anti Gourmet, el comando Anti Gourmet, o el colectivo Anti Gourmet, suena mal, Porque anti gourmet no son anti gourmet en realidad. Lo que no les gusta es… lo que son anti, son pro bodegón y son anti la nariz levantada. «Ay sí, vamos a comer a…». Ellos no entran en el mundo de ellos, y me parece bien. Y bueno, che, hay treinta mil bodegones en la Argentina. ¡Qué locura, no? Es un número increíble. El libro se llama La Biblia y el Bodegón, y está en algunas librerías, y también en Anti Gourmet. Ahí tienen la chance de comprarlo online.