Con curaduría del historiador y experto en arte hispánico Patricio López Méndez, esta muestra recoge trajes de boda producidos principalmente entre 1870 y 1926, así como un emotivo video que exhibe más de 200 fotografías de parejas de novios. Estos materiales fueron generosamente donados por el ingeniero Carlos Gabriel Bertanesian, Fernando San Martín, Roberto Ferrari y Manuel Ponte Corral.
El origen de una muestra única
Patricio López Méndez explica que la idea de esta exposición surge de una coincidencia fortuita, gracias a la reunión de dos elementos esenciales: «Por un lado, la oportunidad de recibir una donación que en realidad termina siendo casi 300 fotos, casi 300 retratos de bodas», señala López Méndez. Además, destaca lo común que era para todas las clases sociales el ritual de hacerse un retrato de boda, indicando que se trataba de una práctica obligatoria para completar el proceso de casamiento.
La selección incluye trajes pertenecientes a la colección del museo, restaurados meticulosamente para la ocasión, como describe López Méndez: «Edith Hidalgo, nuestra sastre, que es más que sastre, una lectora de costuras, decidimos tomar siete trajes de la colección y restaurarlos». Estos van desde el más antiguo de 1870 hasta uno de 1944, perteneciente a las últimas donaciones de Eloísa White de Frederikin.
La historia detrás de las prendas
La exposición no solo revela la moda de épocas pasadas, sino también la situación social de la Argentina de entonces. Según López Méndez, el color del vestido podía ser revelador: «La gente se casaba con el mejor traje que tenía disponible». Sin embargo, destaca cómo la moda del vestido blanco inició con la boda de la reina Victoria en 1841, pero muchas mujeres simplemente no podían volver a utilizar un vestido así. «A través de mucha lucha se ha logrado lo que tenemos hoy», resalta, recordando cómo las tradiciones reflejaban también las desigualdades de la época.
El curador también relata la historia detrás de algunos trajes, como el de Dominga Nicola, quien tuvo un parto muy documentado en el siglo XIX. Es en estos detalles que la muestra se convierte no solo en un viaje por la moda, sino también por la vida y la muerte, y cómo sus vestigios permanecen hasta hoy: «La mortalidad infantil era infinitamente mayor… las mujeres morían fácilmente por situaciones vinculadas al parto».
Lo implícito en las fotografías
El estudio de las fotografías también revela los códigos y las dinámicas de poder de la época. «Él puede mirarla a ella, ella no. Él puede mirar al público, ella no», apunta López Méndez, destacando cómo estas convenciones sociales se reflejan en la forma en que las parejas fueron retratadas.
Jacó, uno de los entrevistadores, nota las diferentes poses en las fotos de boda. A lo que el historiador responde: «La mayoría es el novio sentado y ella parada… es una situación de subordinación absoluta», ejemplificando cómo en ese tiempo el lugar de la mujer era el de la espera.
La evolución de la moda
Interrogado sobre la influencia de estas antiguas modas en el día de hoy, López Méndez menciona: «Todas las modas siempre tienen algún elemento retro». Observa cómo siempre hay un elemento que vuelve, en parte influenciado por lo que los modistas recuerdan de la moda de las generaciones anteriores, particularmente la época en la que sus madres eran jóvenes.
Conservación y accesibilidad
Los esfuerzos de restauración y conservación son centrales para este tipo de exposiciones. Patricio señala las complejidades asociadas con los materiales de los vestidos, como el satén y la seda, que «tienen una mala vejez». Destaca el caso de un vestido que implicó soltar costuras para descubrir su verdadera antigüedad y diseño original.
La muestra «De Blanco, te esperé» está disponible hasta enero, permitiendo que los visitantes se sumerjan en la historia de los trajes nupciales y adquieran una comprensión más profunda de las historias personales y las convenciones sociales de una época pasada. «Las novias están repartidas por toda la casa», menciona, invitando a todos a explorar esta fascinante colección.
La exposición ofrece una visión sin igual de la rica y compleja historia de las bodas en Argentina, y es un testimonio tanto de la moda como de la historia social, impulsando una reflexión más profunda sobre los avances y cambios culturales en la sociedad a través de los tiempos.