La iniciativa de «Los 200» refleja más de una década de esfuerzo por acercar el arte contemporáneo a un público más amplio, apenas 200 personas. Según explica Doctor, la idea surgió tras una carrera dedicada a museos de prestigio como el Reina Sofía y la fundación del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. Sin embargo, como él mismo reconoce, «se descubre que realmente está trabajando para una élite nada más», lo que desencadenó en una búsqueda por un coleccionismo más inclusivo.
El concepto detrás de «Los 200» es el de una editorial de arte que, al mismo tiempo, actúa como una galería, intentando llegar al máximo de personas amantes del arte que por diversas razones, sean financieras o debido a la falta de acceso, han encontrado barreras para ser parte del mundo del arte. La editorial produce una serie limitada de 200 números para 200 personas específicas, creando una especie de club que potencia el disfrute del arte y la cultura. Cada publicación reproduce una obra de arte y se acompaña de la oferta de una pieza original, algo que Rafael Doctor explica como «una mezcla de las dos cosas».
Uno de los puntos diferenciadores de esta iniciativa es su enfoque directo y sin intermediarios; se trata de una interacción personalizada entre el artista y el coleccionista, obviando los pasos que encarecen las obras y distancian al público general. «Esa cadena reduce prácticamente más de la mitad de los gastos», asegura Doctor, subrayando la importancia de eliminar barreras económicas y estructurales.
La exposición «Los 200» no solo es un despliegue de arte por arte, sino también un espacio para explorar la relación entre el coleccionismo y la producción editorial. Según Doctor, la muestra que ya ha recorrido varios países, empezó en Costa Rica, luego México, y ha visitado diferentes ciudades en España, regresando a Latinoamérica con un itinerario que incluirá Rosario y el Festival de FotoEspaña en Madrid. La recepción del público ha sido notable, percibiéndose como una experiencia enriquecedora que desafía las convenciones de exposiciones típicas.
«Es una muestra totalmente distinta», describe Doctor. En vez de limitarse a contemplar piezas de arte enmarcadas en las paredes, el visitante se sumerge en una interacción viva con los libros, los cuales sirven como vehículos de reflexión y creación individual. «Son libros únicos. Son obras que no van a encontrar. No existen en librerías ni en otra parte», destaca, señalando el carácter exclusivo de estas publicaciones artísticas.
El proceso de selección de los artistas adecuados para esta empresa no estuvo exento de retos. Doctor comenta que se trata, mayormente, de colaboradores anteriores con quienes comparte preocupaciones respecto al acceso al arte: «Cuando trabajamos dentro del mundo del arte, solo trabajamos para… bueno, sí, para espectadores, para todos, pero las obras al final solo acaban en unas pequeñas manos, en pocas manos».
La exposición ofrece un mosaico de expresiones artísticas que trascienden la mera técnica, abarcando desde fotografía hasta pintura, destacándose incluso por la inclusión de fotografía popular, lo que implica una reformulación del entendimiento tradicional del arte. Con un predilección por artistas españoles, salvo algunas excepciones, la conexión y proximidad son fundamentales en este modelo de exposición y coleccionismo. Doctor recalca que no se trata de un arte hecho para un público abstracto, sino para una comunidad conocedora y participativa.
La selección de Arte por Arte como lugar de exhibición en Buenos Aires no es accidental. Según relata Doctor, la conexión surgió a través del director actual de la galería, que vio en «Los 200» una propuesta única y de gran valor. Con el apoyo del Centro Cultural de España, la muestra puede ser visitada de manera gratuita, marcando un énfasis en el propósito de accesibilidad cultural.
Un Compendio de Códigos Artísticos Innovadores
Entre las piezas que alinean este proyecto encontramos un enfoque hacia lo cinematográfico, reflejado en una serie de libros que exploran desde los clásicos de Hollywood hasta la compleja interacción entre cine y literatura popular en España. Con títulos que abarcan desde recreaciones iconográficas del cine hasta relatos que emulan el fenómeno de las viejas fotonovelas, «Los 200» ofrece un rico crisol de narrativas visuales y conceptuales que invitan a repensar las formas de coleccionar arte.
Quizás uno de los más llamativos es el libro titulado «Western», que se sumerge en las influencias del cine western y la literatura popular en España durante las décadas de los 50 y 60. Combina fotografías utilizadas como modelos para las portadas de estas novelas con sus equivalentes pictóricos, proporcionando una introspección en cómo el cine moldeó y permeó diferentes medios artísticos.
A través de esta plataforma, Doctor y los artistas que colaboran con él buscan no solo evidenciar una problemática, sino también ofrecer soluciones tangibles, invitando a un público tradicionalmente desconectado del arte, a un mundo donde cada pieza es una encrucijada de cultura, historia y creatividad.
Finalmente, Rafael Doctor, con sus esfuerzos y convicciones firmes, lanza una invitación abierta: «Yo invito a todo el mundo que esté oyendo este programa que, de verdad, que se pase un rato que le puede decir mucho… Porque, bueno, se trata, al fin y al cabo, de abrir nuevas puertas y pensar las cosas de otra manera diferente». Por lo tanto, esta exposición se levanta como un llamado a la reflexión colectiva sobre qué significa coleccionar y apreciar el arte en el mundo contemporáneo.