Consolas de Hospital: Videojuegos que Sanan Espiritualmente en un Hospital

Consolas de Hospital: Videojuegos que Sanan Espiritualmente en un Hospital

Miguel Blanco, locutor, productor audiovisual y mago, ha dado un giro notable a su carrera durante la pandemia, transformando componentes electrónicos en desuso en consolas portátiles de videojuegos. Su objetivo: llevar entretenimiento y felicidad a aquellos niños que enfrentan largas y dolorosas estancias en hospitales.

Durante la pandemia, Miguel encontraba consuelo y entretenimiento en los videojuegos, lo que lo llevó a iniciar un canal de streaming en Twitch. Al crecer ese canal y comenzar a generar ingresos, decidió que debía devolver esas ganancias al universo de alguna manera positiva. Fue así como nacieron las consolas portátiles, destinadas a mejorar la calidad de vida de niños en tratamiento oncológico. “Está demostrado científicamente que brindarles la posibilidad de jugar videojuegos tiene enorme cantidad de beneficios”, asegura Blanco. Respaldando su afirmación, cita un estudio español de la Fundación Jugueterapia, que demostró una disminución del 40% en el consumo de morfina entre los niños que jugaron videojuegos de forma controlada.

Con humildad y dedicación, Blanco explica cómo el proyecto comenzó con el uso de equipos tecnológicos antiguos. «Compus viejitas, monitores viejitos, bases de sillas de oficina, que son lo que le permiten trasladarse al conjunto», describe al explicar los componentes de sus consolas. Esta iniciativa, que empezó como un prototipo durante la pandemia, ha evolucionado hasta convertirse en una organización civil conocida como «La Guarida ONG», que ha donado 25 consolas en hospitales de Buenos Aires, Mendoza y Córdoba. «Este jueves nos estamos yendo a Córdoba a entregar 3 más», añade con entusiasmo.

Miguel confiesa que su camino no estuvo libre de obstáculos. «Al inicio, los hospitales siempre nos decían que no, con excusas como protocolos internos que no cubríamos», menciona. Sin embargo, cada negativa fue una oportunidad de mejora, optimizando continuamente sus prototipos hasta que finalmente no hubo más excusas para rechazar sus consolas. «No hubo más protocolos para decirme que no», afirma.

Estas consolas no solo entretienen, sino que también sirven como herramienta terapéutica dentro de los hospitales. «En el hospital Gutiérrez expiden recetas para el uso de las consolas», comenta Miguel, ilustrando el reconocimiento médico que está emergiendo hacia esta innovadora forma de tratamiento. Su sueño de que los videojuegos se utilicen como una herramienta terapéutica real se está convirtiendo en una realidad.

Detrás de este proyecto, Miguel Blanco muestra una amalgama de habilidades que ha reunido a lo largo de sus diferentes carreras. “Esas múltiples experiencias convergen en lo que hacemos”, explica. “No hay nada nuevo bajo el sol. La creatividad no es más que la posibilidad de tomar cosas de otros campos y ponerlas reinterpretadas en otros campos distintos”, afirma.

En su relato emerge otro aspecto notable de la iniciativa: la inclusión de arte. Las consolas son intervenidas por artistas, transformando cada unidad en una obra visualmente atractiva y única. «Son obras de arte», describe Blanco con simpleza. Esta opción no solo embellece cada consola, sino que también convierte las contribuciones artísticas en parte del proceso de curación para los jóvenes pacientes.

Miguel mira hacia el futuro con entusiasmo y esperanza. “Estamos trabajando en proyectos de accesibilidad dentro del mundo de los videojuegos”, dice, describiendo un evento de integración donde moda, arte y juegos se unieron para destacar la inclusión de personas con discapacidad. Además, está innovando con el uso de inteligencia artificial para crear dibujos personalizados para niños hospitalizados, transformando sus experiencias diarias en fantásticas aventuras para colorear.

Sin duda, la historia de Miguel Blanco y su equipo es un testimonio inspirador de cómo el espíritu humano puede encontrar formas creativas de superar desafíos y contribuir con bienestar a la comunidad. Para aquellos que también deseen contribuir, Miguel hace un llamado: “Nos sostenemos por la generosidad de la gente. Nuestra asociación civil tiene un alias: La Guarida ONG donde cualquier aporte nos ayuda mucho”.

La combinación ganadora de tecnología, arte y solidaridad sigue dejando una huella positiva en la vida de muchos niños y niñas, quienes ahora pueden encontrar un respiro de alegría gracias a consolas mágicas. De momento, Miguel y su equipo no planean parar. Al contrario, continúan perfeccionando sus consolas y esperan con entusiasmo la ayuda de la comunidad para seguir expandiendo el impacto de sus creaciones.