«Lugones, los intelectuales y el poder en la Argentina»: Una conversación con Cristina Mucci

«Lugones, los intelectuales y el poder en la Argentina»: Una conversación con Cristina Mucci

En una reciente entrevista, la escritora y periodista Cristina Mucci compartió detalles sobre su nuevo libro «Lugones, los intelectuales y el poder en la Argentina», publicado por Editorial Sudamericana. Mucci, conocida por su larga trayectoria en el programa «Los Siete Locos» y por sus anteriores obras literarias, se adentra esta vez en la figura de Leopoldo Lugones para explorar la ambivalente relación de los intelectuales con el poder en la historia argentina.

Vamos a hablar de libros ahora, y de un libro en especial, un libro de muy reciente aparición, Editorial Sudamericana, que es «Lugones, los intelectuales y el poder en la Argentina». Es el nuevo libro de Cristina Mucci, a quien conocemos de tantos años conduciendo «Los Siete Locos», pero también por sus libros. Hemos hablado hace muy poco con ella, hace un par de añitos, cuando salió «Las Olvidadas», este libro también que editó Sudamericana con figuras de Silvina Burris, de Beatriz Guido y de Marta Lynch. En este caso, va para la política, para el lado de la política, porque aborda la vida de Lugones, reconocido por sus aportes a la literatura moderna, pero también es ambivalente la figura de Lugones, porque está muy repudiado por su adhesión a los autoritarismos, su apoyo al golpe de Estado del 30. Recordemos «La Hora de la Espada». Pero también, para Cristina, es el punto de partida para contar la relación de los intelectuales con el poder a lo largo de la historia argentina, que han tenido mucha relación, muy importantes intelectuales, y que yo diría, arriesgando un poquito, que ha ido como bajando esa participación de intelectuales, lamentablemente, diría yo, en la política argentina. Cristina Mucci está en comunicación con nosotros.

Cristina Mucci: Hola, buen día.

Muy bien, descansando un poco.

CM: Todo bien, ¿vos? Muy bien, descansando un poco.

 Bueno, bueno, me alegro. Entonces gracias por atendernos en este día. Qué figura, La de Lugones. Decíamos de lo ambivalente porque es un hombre que intelectualmente es muy importante, y eso es innegable, pero también tiene este corte polémico que tiene que ver con su pensamiento político finalmente,

CM: Su pensamiento político fue cambiando mucho a lo largo de los años, eso es lo notable. Yo llegué a interesarme en principio por la figura de Lugones a partir de Marta Lynch, porque es un proceso muy parecido, salvando todas las distancias. Pero el proceso es igual. A lo largo de sus vidas fueron cambiando radicalmente de orientación política, y tratando siempre de buscar un lugar de cercanía con el poder. Yo creo que en los dos casos fue una frustración muy grande. Los dos se suicidaron, no por esto, pero esto también puede haberse sumado a una serie de factores. Lugones tenía una gran sensación de frustración, porque él se acerca al golpe del 30, después de haber apoyado, empieza como socialista, y luego se acerca a Roca, trabaja mucho en la época de Roca, tiene varios cargos, sobre todo en el área educativa, y después se desilusiona del liberalismo. Apoya el golpe del 30, inclusive escribe el manifiesto revolucionario, etc. Pero después Uriburu y Justo no lo llaman nunca más. Él aspiraba a tener un lugar de cercanía con el poder que no tuvo. La relación entre intelectuales y poder es muy complicada. El intelectual, por naturaleza, es crítico, y al acercarse al poder puede perder ese rol crítico. Es muy complicado que un funcionario esté criticando al gobierno para el que trabaja.

Es verdad. Como decíamos, el libro es también el punto de partida para reflexionar sobre la participación de los intelectuales en la política argentina, algo que ha ido menguando de algún modo. Hubo gran participación, en algún momento yo diría que hasta el primer gobierno de Kirchner, pero después fue menguando.

CM: Fue menguando y se fue radicalizando. A partir de los gobiernos de Kirchner se radicaliza mucho. La famosa grieta también llega con mucha fuerza. Se polariza. Y después fue menguando, como fue menguando la participación política de todos.

Sin embargo, hay una diferencia con los tiempos más recientes. Estaba como separada la obra de Lugones de su participación en la política. Seguía desarrollando su obra, pero la relación con la política iba en un camino paralelo.

CM: Siempre fue una figura importantísima. El Día del Escritor es el Día del Nacimiento de Lugones. Pero, pese a ese lugar, él tenía una frustración porque aspiraba a la figura del intelectual completo, el que piensa el país. Tenía una gran vocación para esto. Sin embargo, al acercarse a distintos gobiernos, había quien decía que era oportunismo, tal vez, pero también había una verdadera vocación política. No todos los escritores tienen ni tienen por qué tener, pero él sí la tenía.

 ¿Y qué queda hoy de Lugones entre los contemporáneos? ¿Cómo está hoy en el canon actual Lugones? ¿Está olvidado? ¿Está presente?

CM: No tiene tanto peso. La figura de Borges lo eclipsa absolutamente. Borges admiraba mucho a Lugones, pero tenía una relación de amor-odio.

 Las opiniones políticas de Borges son lo menos destacable.

CM: Claro, Borges nunca aspiró a un lugar político. Decía lo que se le ocurría.

 Y ese final de Lugones viene con un desencanto absoluto,

CM: De muchas cosas. Tuvo un desengaño amoroso muy grande. Había tenido un problema con su hijo. La historia de su familia es tremenda.

 Sí, tremenda.

CM: Pero es difícil hablar de esto porque es un suicidio. Cada persona reacciona de manera diferente, pero había muchos elementos.

 ¿Cuál dirías vos, Cristina, es la época más interesante de participación de intelectuales en la política argentina?

CM: Los primeros años: Sarmiento, Echeverría… Eran políticos y escritores. El país fue fundado por escritores. Fue pensado antes que hecho.

 ¿Y el peronismo? ¿El peronismo de los 40, digamos?

CM: Perón desconfiaba de los intelectuales. Podríamos pensar en Forja, Dicépolo, pero no les dio espacio ni cabida. Marechal, por ejemplo, se sintió maltratado. Lo echaron de un trabajo oficial.

Pareciera que hoy es una mala palabra,

CM: Sí, hasta ha habido discursos para cerrar organismos culturales. Por suerte, eso se ha detenido un poco. Pero hay una desconfianza hacia todo lo que sea cultura, como si fuera algo asociado a algún movimiento político específico. Pero hay que estudiar y rever muchas instituciones culturales, no cerrarlas.

Totalmente. La televisión pública, por ejemplo.

CM: Sí, hasta Estados Unidos tiene su PBS. Deberíamos estar orgullosos de nuestras instituciones culturales.

 Cristina Mucci es la que habla. Cristina, quería preguntarte a propósito de lo último que decías sobre Los Siete Locos. ¿Hay novedades?

CM: Sí, vamos al canal de la ciudad. Empezaremos próximamente, los sábados y domingos al mediodía.

Qué buena noticia. ¿Cómo llegó esa propuesta, Cristina?

CM: Estoy agradecida a Eduardo Cura, el director del canal de la ciudad. Después de tantos años en televisión pública, fue muy frío lo que pasó, muy frustrante.

 ¿Cuántos años llevabas?

CM: Treinta y siete.

 Es un montón en la vida.

CM: Sí, y estamos contentos de empezar en el canal de la ciudad.

 ¿El programa va a ser en vivo o grabado?

CM: Grabado. Empezamos a grabar esta semana.

Un programa en el que han estado casi todos los escritores.

CM: Sí, tenemos un archivo increíble.

 Enhorabuena, Cristina, y enhorabuena también por el libro. Es un gran trabajo de investigación y escritura. Una tapa hermosa.

CM: Sí, estoy contenta, especialmente en este momento complicado. Las editoriales están haciendo un esfuerzo.

Felicitaciones, Cristina, y a seguir.

CM: Muchísimas gracias.

Un beso grande, Cristina.

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