Arte efímero y orgullo argentino en el microcentro: la bandera monumental de Alfredo Segatori

Arte efímero y orgullo argentino en el microcentro: la bandera monumental de Alfredo Segatori

El proyecto, que es parte de la iniciativa Microcentro Red Cultural impulsada por el Ministerio de Cultura Porteño, tiene como objetivo revitalizar el microcentro de Buenos Aires. Esta zona, golpeada por las consecuencias de la pandemia, se ha sumido en un estado de letargo y grisura que la ciudad busca contrarrestar con producciones culturales de gran impacto visual. Según Nati Feldman, periodista que cubrió la inauguración, «el propósito es darle color e impulso a una zona que ha quedado diezmada». Para ella, el arte tiene el poder único de transformar el entorno: «en el medio de tanto gris, de tanta oscuridad, es como encontrarse con un mega sol».

La obra de Segatori es un homenaje a la selección argentina y su consagración como campeona del mundo el 9 de diciembre, un suceso que seguirá siendo celebrado por años. El artista no es nuevo en este tipo de emprendimientos. Su reputación como muralista en Buenos Aires está respaldada por varios proyectos. En 2013, llevó a cabo una obra extensa a lo largo de la Cuenca Matanza-Riachuelo conocida como el Camino de Siria. Además, ha sido responsable de otras piezas prominentes como «Fauna Portuaria» en Puerto Nuevo. «Su energía y compromiso con el arte urbano son envidiables», agrega Feldman, refiriéndose al ímpetu de Segatori para concluir esta imponente bandera.

Este mural no solo es grande en tamaño, sino también en impacto. Ha sido creado con materiales y técnicas específicas para soportar el alto tránsito de la zona, aunque Segatori aclara que su naturaleza es efímera: «Como los tatuajes, la idea es que, aunque la intensidad del color se desvanezca con el tiempo, permanezca en la memoria y a través de la tecnología: fotos, videos, lo que vemos hoy trasciende lo temporal».

La estructura del mural es tal que quienes se fotografían de espaldas pueden capturar el efecto de llevar la bandera sobre los hombros, un atractivo irresistible para turistas y locales. Feldman lo describe con entusiasmo: «Muchos eligen venir a sacarse fotos. Es como tener la bandera en tus hombros, es un poco el efecto que trae la foto». Iniciativas como esta no solo embellecen la ciudad, sino que fomentan el turismo y la cultura local.

Uno puede preguntarse cómo es la mejor forma de disfrutar de la obra de Segatori. Feldman sugiere que la vista desde abajo es la más emocionante: «Mi impresión es que desde abajo la bandera asciende, trasciende; si uno la ve desde arriba, es como que vas a la baja». Sin importar la perspectiva, lo que está claro es que la bandera efímera de Segatori ha capturado la imaginación colectiva.

La presentación del mural fue marcada por un espectáculo poco convencional. Segatori se despidió del evento de forma contundente, subiendo a un micro cargado con sus herramientas de trabajo y subiendo la rampa del mural. Feldman compartió que esto fue un característico gesto del artista, conocido por su energía incesante: «Le gusta despedirse en forma contundente. A los guajinazos, me estoy yendo, chau».

Quienes deseen experimentar esta obra única deberán hacerlo pronto, antes de que la pintura comience a desvanecerse, como lo planeado por el concepto de arte efímero. La recomendación es visitarla cuando hay sombra, ya que el sol puede ser inclemente en ciertas horas del día. Desde el punto de vista de Feldman, la obra de Segatori no solo es un tributo a la selección argentina; es una manifestación del espíritu inquebrantable de Buenos Aires y su gente. «Un impulso gigante que nos da ‘Don Elmeti y toda su selección’, y también Alfredo Segatori, para revitalizar un área que lo necesita», concluye con la esperanza de que esta no sea la última obra de arte que transforme el microcentro.