«Caribe»: Un Viajero Teatral a los Noventa de Yanina Gruden

«Caribe»: Un Viajero Teatral a los Noventa de Yanina Gruden

“Caribe» es un homenaje a la teatralidad de los noventa, a esos artistas y obras que nos marcaron y que todavía resuenan en los escenarios porteños», explica Gruden en una conversación donde se la nota emocionada y satisfecha con la recepción de la obra por parte del público. «Empezamos hace muy poquito, con cuatro funciones, pero la respuesta ha sido positiva. Hay algo de lo que ensayamos que está funcionando, aquello que queríamos transmitir”, agrega.

La obra, dirigida por Katia Schechtman, presenta a Fiorella y Cindia, dos empleadas de un supermercado en los noventa, atrapadas en una rutina que mezcla amor y odio hacia su jefa, la señora Sacripanti. Esta complejidad emocional, inspirada en parte por obras como «Las criadas» de Jean Genet, es descrita por Gruden como una mezcla de amor, envidia, resentimiento y delirio. «No hay un solo sentimiento ahí, se cruzan muchas cosas, un poco como las relaciones humanas en general», detalla.

Uno de los aspectos destacados es el homenaje a la cultura artística de los noventa, en particular al movimiento del Paracultural y a figuras icónicas como Urdapilleta y Tortonese. Gruden comenta: «Para mí, Urdapilleta fue un antes y un después. Mi formación pasó por ahí, por esa teatralidad más política y delirante que aún hoy sigue vivo en las obras que hacemos». La obra también bebe de influencias del cine y la televisión de la época, como «Telma y Louise», agregando una capa de nostalgia y comentario social.

La elección de situar la obra en los noventa no es casual. Según Gruden, los noventa fueron tanto una fiesta del consumo como una época de profundas crisis e inequidades en la Argentina. La ambientación en un supermercado, espacio simbólico del auge neoliberal, sirve como un microcosmos de ese mundo. «Todo lo que ellas imaginan tiene que ver con ese neoliberalismo, es una ficción dentro de otra ficción, con un destino idealizado que también es una farsa», reflexiona Gruden.

La puesta en escena es un homenaje no solo a los estilos y narrativas teatrales de aquellos años, sino también al contexto cultural que marcó a Gruden durante su infancia. Alude al conurbano bonaerense, su lugar de origen, como parte de esa inspiración, un escenario cotidiano pero a la vez rico en contrastes.

Uno de los puntos álgidos de «Caribe» es su desenlace, al que Gruden se refiere como «un gran poema y el homenaje más fuerte quizás a Batato». Aunque la obra se sumerge en la nostalgia noventera, también toca temas universales: el deseo de escapar, el consumo desenfrenado, y la ensoñación de una vida mejor, cuestiones tan relevantes hoy como hace treinta años.

En esta conversación, Gruden también señala el trabajo conjunto con Estefanía Petreschi y el proceso colaborativo con Schechtman en la dirección. «Fue una obra gestada conjuntamente, desde la escritura improvisada y los aportes durante los ensayos, hasta los detalles finales en escena», explica.

Para quienes desean sumergirse en este viaje teatral a través de lo cómico y lo crítico, los boletos están disponibles en el sitio web del Cultural San Martín. Cuando se les pregunta por qué ver «Caribe», la respuesta parece simple pero poderosa: es un viaje que ofrece tanto una reflexión aguda sobre tiempos pasados como una experiencia teatral vivaz y única.

Conforme la obra sigue su curso, queda claro que «Caribe» no solo se ancla en una nostalgia por el pasado, sino que con su propuesta innovadora, busca abrir espacio para nuevas formas de comprender y experimentar la teatralidad en el presente. Y con la promesa de un final «típico y salvaje», como describen sus creadores, la obra se perfila no solo como una mirada introspectiva a una década pasada, sino también como una celebración del teatro en su forma más experimental y liberadora.