Mariano Pini, vinculado estrechamente con el teatro comunitario por su rol en «Los Villurqueros», comparte que la Semana del Teatro Comunitario es “una locura” que llevan celebrando desde hace cinco años: “Es un festival muy lindo”. Sin embargo, reconoce el desgaste que implica llevar a cabo tantas actividades al final del año, aunque la satisfacción y la emoción de participar siempre son más fuertes.
El teatro comunitario se define, según Pini, como un teatro “de vecinos, por vecinos y para los vecinos”. Esta descripción se traduce en una forma de teatro donde un grupo de personas se reúne para narrar historias de y para su comunidad, utilizando las artes escénicas como herramientas de expresión. Pini amplía: “La idea siempre es que haya fiesta, que haya identidad barrial, que haya sentido de pertenencia en cada territorio”. A través de estas actividades, los grupos pueden tocar temas profundamente significativos como los derechos humanos, la desindustrialización y otros tópicos políticos y sociales.
Los participantes de la Red Nacional de Teatro Comunitario no dejan de crecer. Pini menciona que, a nivel nacional, se ha visto una expansión significativa de la red a lo largo de 20 años. Esta expansión es especialmente notable en pueblos y ciudades más pequeñas, donde el deseo de reunirse en comunidad emerge de manera natural. “Estamos viendo que sí, a nivel nacional se está creciendo mucho”, afirma Pini.
Ante la pregunta de cuántas obras se pueden disfrutar durante la Semana del Teatro Comunitario, Pini estima que son más de 30 obras teatrales a nivel nacional, acompañadas por múltiples eventos complementarios como conciertos de orquesta, ensayos abiertos y talleres, que elevan el número total de actividades a más de 40. En la ciudad, 10 grupos están activos con sus presentaciones. “En la ciudad también, se pueden ver cerca de 10 obras”, explica Mariano.
La pandemia, como en muchos otros aspectos, impactó significativamente. Durante este periodo, los esfuerzos se volcaron hacia lo virtual, lo que resultó ser una experiencia útil pero no suficiente para suplir el carácter esencialmente presencial del teatro comunitario. “Para nosotros lo más importante es juntarnos”, remarca Pini. Sin embargo, las labores virtuales no fueron en vano, ya que enriquecieron el archivo digital disponible, que sigue accesible en el canal de YouTube de la Red Nacional de Teatro Comunitario.
Un aspecto particular del teatro comunitario es su apertura a la comunidad en general. Aunque algunas presentaciones requieren entrada paga para el mantenimiento de los espacios teatrales, la mayoría de las obras son a la gorra, especialmente aquellas que se realizan en espacios no convencionales como parques y plazas. Este enfoque busca hacerlo accesible a todos los sectores de la comunidad.
Sobre el perfil de quienes se acercan a participar en teatro comunitario, Pini indica que es extremadamente variado, abarcando todas las edades y extracciones sociales. En algunos grupos, los jóvenes han crecido en este ambiente, continuando una tradición familiar: “Actores que han aprendido a gatear en el Galpón de Catalinas y ahora están actuando”. Esta continuidad intergeneracional es una “locura total”, afirma Pini, y es indicativa de la potente vinculación que los grupos de teatro comunitario logran establecer con sus comunidades.
Para quienes estén interesados en participar en alguna de las muchas actividades de la Semana del Teatro Comunitario, Mariano Pini recomienda seguir las redes sociales del evento y señala que, además de disfrutar de las obras, cualquier persona puede sumarse a los grupos: “Lo que tiene bueno el teatro comunitario es que… si uno tiene ganas de hacer teatro, puede venir a ver, pero también puede saber que se puede sumar”.
La Semana del Teatro Comunitario no solo celebra el arte teatral, sino que también promueve la cohesión social y el sentido de comunidad, invitando a todos sus participantes a ser protagonistas activos en la narrativa de sus propios barrios. Mariano Pini y todos los que forman parte de esta celebración hacen un llamado para que más y más personas se sumen a este movimiento cultural que, más allá del arte, construye comunidad.