Damián Leibovich compartió detalles sobre el proceso creativo detrás de su documental. «Me enteré de esta actividad, que para mí era una novedad», comentó Leibovich, quien descubrió la existencia de esta disciplina al cursar una materia sobre divulgación científica y tecnológica en la Universidad de Río Negro, Bariloche. «No sabía nada, digamos, ni de los botes dragones, ni de cómo podían utilizarse, o de cómo podían servir en forma terapéutica para las mujeres que habían pasado por mastectomía», reveló.
El interés inicial del director por documentar el impacto terapéutico del remo en bote dragón pronto se convertiría en una exploración más profunda sobre la dinámica humana bajo circunstancias extremas. «Este grupo, como vos anticipaste, no tenía los botes para hacer las prácticas», relató Leibovich en la entrevista. «Afortunadamente, yo tenía tiempo, que es un recurso que a veces uno no le da importancia», añadió, explicando que fue este recurso el que le permitió acompañar al grupo durante tres años, documentando tanto sus logros como las dificultades.
La práctica del remo en bote dragón se ha consolidado como un método terapéutico efectivo para prevenir los linfedemas, una secuela común después de la cirugía de cáncer de mama. Sin embargo, la película de Leibovich, que inicialmente se centraba en esta dimensión terapéutica, toma un giro fascinante al exponer las tensiones internas que comienzan a surgir dentro del grupo a medida que logran acceso a los ansiados botes. «Eso me pareció súper enriquecedor», dijo Leibovich. «Me parecía que universalizaba la película, que me permitía reflexionar sobre cosas que nos tratan a todos.»
La película, que se filmó a lo largo de tres años y se editó en un arduo proceso de un año, despliega la narrativa en dos mitades claramente diferenciadas. La primera parte del documental se centra en la superación y la lucha por obtener los recursos necesarios. La segunda mitad, sin embargo, se adentra en el mundo interno de las integrantes del grupo, desvelando los conflictos y egos que podrían surgir en cualquier agrupación humana. «Ninguna [de las mujeres] se siente víctima. Ninguna asume ese rol, que me pareció súper interesante», señaló Leibovich, destacando cómo logró mantener un enfoque que permite a cada espectador sacar sus propias conclusiones.
A pesar de los conflictos, el resultado del viaje de este grupo fue la formación de dos entidades distintas: la Fundación Proyecto Nahuel Rosa, que se enfoca en lograr metas deportivas a nivel de competición, y la Asociación Civil Nahuel Rosa, que se dedica a la rehabilitación física y emocional. «Ambas agrupaciones se dedican a lo mismo, pero con distintas prioridades», explicó Leibovich, dejando entrever que, aunque divididas, estas mujeres siguen unidas por un propósito común.
El documental no solo se adentra en la historia de estas mujeres, sino que también se convierte en un espejo de la sociedad. «Para mí, en un consorcio o en una reunión de padres, son problemas que pueden surgir en cualquier grupo», reflexionó Leibovich. «Y es la primera vez que me pasa que una película que hago da para el debate», añadió, indicando que la obra no se queda en ser simplemente una narración más, sino que incita al espectador a la reflexión e intercambio de ideas.
«Domadoras de Dragones» ofrece una experiencia cinematográfica que va más allá de lo esperado: una mezcla de triunfo contra la adversidad, junto con una introspectiva mirada a la complejidad de las relaciones humanas. La película se proyecta hasta el 15 de octubre en el Cine Gaumont a las 20:15, un espacio imprescindible para aquellos que buscan más que entretenimiento en una sala de cine.
«Estoy contento con el resultado, porque es la primera vez que me pasa que una película que hago da para el debate», concluyó un satisfecho Leibovich. «Y esta película lo que hace es que la gente sigue hablando, sale del cine… y como que convergen». Con miras a futuras proyecciones en plataformas como Cine.ar, «Domadoras de Dragones» promete tocar las fibras de muchos más espectadores, expandiendo el diálogo sobre la resiliencia, las luchas internas y la inquebrantable voluntad de vivir.