Rubén Guzmán nos sumerge en una obra hipnótica que desafía los géneros cinematográficos.
Guzmán explica que «El ruido del tiempo» es un cine abierto, que no busca dictar una narrativa clara o llevar al espectador de la mano. En cambio, intenta estimular la reflexión a través de imágenes contemplativas y un diseño sonoro cuidadosamente elaborado por Sergei Moshkov, conocido por su trabajo con el cineasta ruso Alexander Sokurov.
Históricamente fundamentado, el filme se basa en los diarios y cartas de Boman, aunque Guzmán admite haber añadido ciertos elementos para hacer la narrativa más accesible. La película utiliza técnicas tanto digitales como analógicas, incluyendo secuencias completas filmadas en Super 8 y distorsiones ópticas logradas mediante el uso de lentes anamórficos.
Guzmán también menciona que espera una variedad de reacciones a la película, valorando especialmente las críticas negativas como una oportunidad para aprender y mejorar. «El ruido del tiempo» se presenta como una experiencia cinematográfica que requiere y recompensa múltiples visualizaciones, ofreciendo siempre nuevas capas de significado para aquellos dispuestos a explorarlas.
La película está disponible en el cine Gaumont y en otros espacios INCAA del país, así como en la plataforma CineAr, y promete ser una experiencia visual y reflexiva inolvidable.