La más reciente obra del cineasta Pablo Leónidas Nisenson, «Cuentos de la Tierra», se estrenará en salas seleccionadas de Argentina este próximo jueves, 27 de abril. La película reúne cinco relatos interconectados que exploran la cosmovisión y las historias del pueblo mapuche, uniendo naturaleza y cultura en una propuesta cinematográfica cargada de significado y emoción.
En comunicación desde Bariloche, Nisenson compartió las tribulaciones que enfrentó para llevar su proyecto a la pantalla grande. «Los grandes circuitos avisan tres días antes cuál va a ser la programación», menciona refiriéndose a las dificultades en la distribución. A pesar de estos obstáculos, el preestreno en Bariloche fue recibido con entusiasmo por el equipo y la ciudad que alberga una población mapuche significativa. Sin embargo, los problemas no terminan ahí. Según Nisenson, las proyecciones en otras grandes ciudades también se vieron afectadas, como en Neuquén y Mendoza, donde retrasa su llegada el cine tradicional. «La idea era continuar en el cine Sunstar de esta ciudad. Y ayer nos avisaron que nos dan una función a las 16 horas», lamentó el director.
El cineasta argentino denunció la tendencia predominante hacia el cine comercial, que deja poco espacio al cine de autor, cultural y social, como «Cuentos de la Tierra». «Hay una vocación por el cine como espectáculo […] y no existe ningún tipo de contemplación para el cine cultura, el cine social, el cine soberano que cuente historias a nuestra gente», reflexionó Nisenson, quien no descarta matices económicos detrás de estas dificultades.
A pesar de todo, la película contará con el apoyo del Instituto de Cine Argentino y se exhibirá en espacios del INCAA, como el Cine Gaumont en Buenos Aires, además de otras sedes en Chipoleti y San Martín de los Andes, permitiendo que se desarrollen estas historias para el público deseoso de una experiencia diferente en el ámbito del cine nacional.
Historias que conectan con la Tierra y la cultura
«Cuentos de la Tierra» brinda al espectador cinco historias conectadas por la relación intrínseca del pueblo mapuche con la naturaleza. «Lo que principalmente se buscan son historias de personajes, que ya sabemos que emocionan», explica el director. Estas historias pretenden ofrecer un enfoque distinto al usualmente mostrado en medios masivos, que a menudo caricaturizan o demonizan a las comunidades indígenas. «Aquí lo que se está mostrando son historias que tienen que ver con la relación de este pueblo con la naturaleza», agrega Nisenson, destacando la conexión vital que existe entre las personas, su entorno y las fuerzas espirituales que la atraviesan.
Destacando la relevancia cultural de este proyecto, Nisenson subraya la colaboración activa de la comunidad mapuche, quienes no solo actuaron en la película, sino que también formaron parte creativa y consultiva del proceso. «Todo el equipo artístico, digamos, de actores, es mapuche, y además esto de los coproductores», menciona, resaltando la contribución de Luisa Calcumí, Jonathan Sancaqueo y Beatriz Pichimalén, entre otros.
La elección estética del blanco y negro responde en gran parte a la cosmovisión mapuche, la cual ve el mundo no como entidades separadas, sino como un tejido continuo de vida y experiencia. «El blanco y negro, puntualmente en lo estético, muestra una amalgama de texturas que pretende esto, unir y no separar», explicó el cineasta.
La producción y su resonancia intercultural
Desde su concepción, «Cuentos de la Tierra» ha sido más que una película: una travesía de colaboración intercultural y artística que no solo busca contar una historia, sino abrir diálogos fundamentales sobre identidad, territorio y memoria. El proceso de creación duró seis años, un trayecto largo marcado por la pandemia que interrumpió y ralentizó la producción pero que, según el propio Nisenson, permitió una reflexión más profunda sobre el proyecto.
«Nos llamó hasta la atención […] que lo que filmamos en invierno funcionaba en comunión con lo que filmamos en primavera», dijo asombrado el director, aludiendo a cómo las estaciones de filmación se intercalaron de manera natural y fluida, reflejando las transiciones del entorno mapuche en diferentes momentos del año.
Además, la película ha sido reconocida por su contribución cultural en su preestreno en Bariloche, siendo declarada de valor de interés intercultural por la legislatura de esa ciudad, un logro que resalta la importancia de este tipo de producciones en el enriquecimiento del panorama cultural argentino.
Con «Cuentos de la Tierra», Pablo Leónidas Nisenson no solo busca emocionar, sino inspirar y permitir que la audiencia contemple, aunque sea por un breve momento, la riqueza cultural y el invaluable quimún (conocimiento común) que pertenecen a los pueblos originarios y que son, en definitiva, patrimonio de todos.