El ex baterista de Divididos presenta su nuevo álbum en Café Berlín
Jorge Araujo, conocido por su talento en la batería y su pasado en bandas como Gran Martel y Divididos, se embarca en una nueva aventura musical con «Electro, Carne y Hueso». La presentación del disco se llevará a cabo el 21 de mayo en Café Berlín, con entradas disponibles en Live Pass.
– El nuevo disco de Jorge Araujo se llama «Electro, Carne y Hueso», y el baterista ex Divididos de Gran Martel, ya con una carrera solista bastante sólida y consolidada, lo presentará el 21 de mayo, este martes, en Café Berlín, en la avenida San Martín 6656. Las entradas se consiguen en Live Pass. Es un disco que está en plataformas para escuchar, y como hemos hecho nosotros, que lo hemos escuchado ya un par de veces. Jorge está en comunicación con nosotros. ¿Cómo te va?
Jorge Araujo: Siempre que uno tiene un disco para presentar, se te mueve todo.
– ¿tocas todos los instrumentos?
Jorge: Mira, en este disco salvo, bueno, creo que también algunos teclados o cintas quedaron porque lo que pasó con este disco es que yo lo compuse, pero después la producción la hicieron tres productores con los cuales yo no tuve contacto. Me pareció un método de trabajo buenísimo porque la libertad que tuvieron fue absoluta y también el criterio para encarar versiones a nivel producción de los temas que yo no hubiera llegado jamás.
– A mí me da curiosidad eso, perdón, Jorge, que te interrumpa, porque lográs que haya una cohesión, una coherencia en todo el disco teniendo tres productores distintos y más, redoblando la apuesta sin saber lo que estaban haciendo. La verdad que es medio milagroso ¿Os quedó mucho afuera o esto se parece mucho a un milagro?
Jorge: No, no, yo creo que ellos encararon con una libertad que hizo que pudieran las composiciones producirlas de una manera realmente muy, muy personal. Ellos producen música electrónica. El productor ejecutivo de esto es el que me los propone, es el que me propone este tipo de viaje y yo últimamente, ya hace años que me embarco en cosas que realmente tengan algo diferente, por una cuestión también de que me generan una vitalidad y una renovación también. Vos pensás que soy un tipo de casi de los sesenta. Estar laburando con flacos de cuarenta que producen música electrónica, que producen para el exterior me genera una renovación en el audio. Yo escucho temas que no hubiera llegado jamás a nivel producción, a nivel tímbrico.
– Claro, ellos lograron una amalgama entre lo electrónico y lo acústico.
Jorge: Sí, y a mí me tiene hasta hoy sorprendido. Debe ser de los discos que yo hice el que más escuché, porque me sigue sorprendiendo. Capaz que lo escucho con auriculares, después lo escucho en otro tipo de amplificar con otro audio. Después las composiciones, obviamente, son mías, las letras son mías, la música. La parte de producción es como que me siento escucharlo como si escuchara el disco de otro. La verdad que la recomiendo.
– Jorge, hablábamos recién antes de la nota, fuera del micrófono, que no es un disco de rock, por supuesto que tiene elementos rockeros, está tu batería y hay guitarras, pero no es un disco de rock.
Jorge: No, de hecho te voy a contar algo que quizás no es de lo más feliz en lo que me viene devolviendo la gente. Hace poco tuve como unos videos que se viralizaron que agradezco muchísimo. Puse casi 300 mil reproducciones, una locura. No tengo más de 30 mil seguidores en Instagram. Esto hizo que empezara a crecer un montón mi espacio. Una cantidad de comentarios, no podía contestar todos pero si los leí todos y había uno de los que leí que decía: «me gustaba mucho el artista pre-pandemia». Porque yo en una nota con Pergolini dije que después de la pandemia incorporo mucho la electrónica, que tiene que ver con la tecnología porque me ayudó mucho a atravesar la pandemia a nivel creativo. Yo después de la pandemia me considero otro artista, tengo otros elementos. Me puse a componer en la computadora, empecé a investigar manuales de aparatos electrónicos.
– O sea, sos vos el que decían «salimos mejor de la pandemia», que al final nadie sabe si mejor, pero vos sí.
Jorge: Mirá, no sé si mejor. Fue muy duro, muy triste todo lo que sucedió, siempre lo aclaro. Pero en el caso de los artistas, o en el caso mío como artista, después de la pandemia manejo luperas, compongo en Ableton Live, sintonizo con gente que tiene la posibilidad de amalgamar esos sonidos electrónicos. Soy otra persona. Me siento baterista salí de gira solo, después de la pandemia, con aparatos electrónicos, no tocando secuencias, todo lo genero en el momento. Ni siquiera lo voy a hacer en el show del 21. Tengo técnicos que me ayudan y colaboran conmigo. No tengo ganas de tocar secuencias, todo lo que toco es en vivo. Estoy en un momento en lo creativo y artístico, tímbrico, de los más ricos de mi vida. Todo se lo debo a pasar la pandemia.
– Qué bueno que tocaste el tema de la tecnología, porque vi un video, creo que estás con Pergolini, estás mostrando ahí un Endpad, que es una especie de multisample, un pedal para un HitCam, un pedal para bombo, todo haciéndolo en el momento. ¿Así va a ser el show que se viene?
Jorge: No, en realidad lo que hice en lo de Mario, porque yo no sé si realmente ahora van artistas a tocar al piso. Crearon como una, Dani y Mario hicieron maneja. Yo les mandé un video de un saludo cuando salió el disco, y me dijeron, ¿por qué no te venís acá? Y como Dani ya había hecho una entrevista conmigo, con ese set, me dijo, traete ese set que acá se van a prender fuego de todo. Eso es lo que te digo, se viralizó. Pero lo que sí quiero aclarar es que yo voy con un bandón al Café Berlín. Por suerte, se está vendiendo bien. Estoy también sorprendido de eso, vengo muy bien en la pre-venta. Así que va todo el viento a favor. Va a estar Federico Palmolena, que toca bajo, sinte de bajo, baby bass con arco. Después va a estar César Silva, el productor de los discos anteriores. Y mi amigo el compositor que va a tocar la guitarra como invitado. También Maxi Larreta en la batería. Vamos a hacer cosas a dos baterías. Y dos coreotas que son Virginia Klammer y Pilar Escurra. Lo que sí agregué es que como la otra vez que toqué en el Berlín, hace unos meses, me quedé siempre pensando, ¿cómo no usé ese piano de cuarto de cola acústico? Así que invité a Babu Serviño.
– Jorge, este último disco «Electro, Carne y Hueso» es un disco corto, supongo que lo vas a complementar en vivo con material de los discos anteriores,
Jorge: Sí, totalmente. El show, yo creo que estamos en una hora y media, más o menos, de show. Pues hay mucha gente que me sigue y aún hoy se sorprende. Pero bueno, es porque hay tanta información también, que para que esto pase, ponerle lo de Pergolini ha ayudado mucho.
– ¿Cómo se acompañó con las letras, todo lo que evolucionaste o aprendiste en la pandemia?
Jorge: Buena pregunta. Yo tuve un episodio bastante triste que lo cuento en el programa de Mario y lo he contado ya en algunas notas. Borré casi los audios del Ableton. Entonces cuando voy a querer mezclar eso, o a empezar a ver si podía blondear los temas, me encuentro que los audios no estaban. A raíz de eso, aparece un amigo que fue manager mío. Me invita a comer afuera en un lugar. Me dice, tengo ganas de producir un disco a la antigua. Y empezó, ahí.
– Claro, apareció esa posibilidad.
Jorge: Sí, y así comenzó este disco con esa carga. La parte compositiva y las letras, obviamente, cambiaron. No soy metafórico en este disco, es auto referencial. Incluso hablo de mi perro y mi relación con la naturaleza.
– Claro. Vamos a cerrar y agradecerte. Este disco «Electro, Carne y Hueso» estás presentándolo en Café Berlín. ¿Te queda algún consejo adicional antes de terminar?
Jorge: Sí, que se organicen bien con las entradas, porque hay mesas en el barrio. Si una persona va a ir con alguien, capaz, que elijan de antemano, para no tener problemas al llegar. La vez pasada me pasó y fue estresante. Y sobre la tapa del álbum, la foto refleja exactamente el título, «Electro, Carne y Hueso». Se hizo gracias a Mariano Otamendi, un gran fotógrafo.
– Gracias por esta charla, Jorge. Lo mejor para lo que viene.