La Escuela Taller Casco Histórico: Un Faro de Conservación Patrimonial en Buenos Aires

La Escuela Taller Casco Histórico: Un Faro de Conservación Patrimonial en Buenos Aires
Formación en Oficios Patrimoniales

Agustín Iuri explicó que la Escuela Taller Casco Histórico comenzó a principios de los años 2000 con un doble propósito: «formar mano de obra capacitada para la restauración de edificios patrimoniales» y ofrecer una salida laboral rápida a quienes lo necesitasen. Este enfoque responde a la necesidad de cuidar de manera adecuada los edificios históricos, que requieren «mano de obra con conocimientos específicos para realizar tareas de restauración».

La escuela ofrece un sólido programa de formación que abarca diversos campos. Según Iuri, «la restauración edilística» constituye el núcleo central, con especializaciones en «palavería, herrería y ornamentación de fachadas», así como un taller de «restauración de madera». También se enseña «ornamentación artística, vinculada a ornatos más pequeños», y la técnica del esgrafiado, relacionada con la decoración de muros exteriores.

Un Trayecto de Aprendizaje Holístico

El proceso educativo en la escuela está cuidadosamente estructurado en dos años. En el primero, los estudiantes reciben una «instrucción en patrimonio» mediante cursos teóricos que contextualizan históricamente los oficios. Este año inicial se enfoca en el trabajo práctico en taller, donde los alumnos desarrollan habilidades fundamentales.

El segundo año se orienta hacia la práctica en el ámbito real, en edificios patrimoniales. «Tratamos de impulsar y encontrar temas de colaboración, donde los alumnos puedan perfeccionar las técnicas que vienen aprendiendo», afirmó Iuri. Ejemplos recientes de estas colaboraciones incluyen la restauración del Espacio Cultural San Andrés y, actualmente, los trabajos en la Casa Ezeiza, ambos en el casco histórico.

Tres Llamativas Características

Una de las particularidades de la Escuela Taller es su acceso gratuito, lo que Iuri señala como un aspecto crucial: «cualquier persona que quiera se puede anotar y venir a formarse… gratuitamente». Además, buscando adaptarse a las necesidades de los participantes, la escuela ofrece cursos en turnos matutinos y vespertinos, con una carga horaria variable según el taller elegido.

La diversidad del estudiantado es otra dimensión destacada por Iuri, y destaca que reciben alumnos de variadas procedencias académicas y personales, desde arquitectos que buscan más experiencia práctica con materiales, hasta personas sin formación previa. En respuesta a esta demanda variopinta, la escuela está ampliando su oferta educativa con cursos de extensión más cortos, como el de «Introducción a la restauración de vitrales».

Impacto y Proyección

El trabajo de los estudiantes no solo es formativo, sino que también genera un impacto positivo en la comunidad. Iuri describió cómo en algunas instancias, como en su colaboración con el Museo del Instituto Barracón, los alumnos ayudan a restaurar mobiliarios históricos, contrastando el esfuerzo educativo con el enriquecimiento cultural tangible.

Para quienes deseen involucrarse, la escuela mantiene abierta la convocatoria a través de la página de Casco Histórico y sus redes sociales como Casco Histórico BA, donde se anuncian las inscripciones para cada nuevo ciclo lectivo.

En conclusión, la Escuela Taller Casco Histórico desempeña un papel crucial en la conservación del patrimonio de Buenos Aires, al brindar formación especializada que combina teoría y práctica, preparándolos para contribuir al rescate y mantenimiento de la historia tangible de la ciudad. Su enfoque inclusivo y la accesibilidad gratuita refuerzan su misión de proteger y valorizar el patrimonio urbano, al mismo tiempo que promueve el desarrollo profesional en un ámbito fundamental para la cultura y la identidad porteñas. Como reflejó Agustín Iuri en su charla, este conocimiento no solo beneficia a los estudiantes, sino que también «contribuye a lo que es… el prestigio del patrimonio» de toda la ciudad.