La irreverente burla al poder de Jorge Costa en «De Evolución Humana»

La irreverente burla al poder de Jorge Costa en «De Evolución Humana»

Desde el 4 de marzo, el artista Jorge Costa ha revivido la tradición de la sátira y la farsa en «De Evolución Humana». La obra, que se representa los sábados a las 22:25 en el teatro La Carpintería de Buenos Aires, se sumerge en el eterno ciclo de la comedia humana para ofrecer una crítica audaz y mordaz del juego del poder. «La obra es una propuesta con mucha crítica, un humor crítico que los espectadores disfrutan inmensamente y que nos lleva a diferentes estados emocionales», comenta Costa, quien no solo es el creador, sino también el único intérprete en esta experiencia teatral.

Jorge Costa, miembro de la compañía Teatro Corporal, mantiene un estilo de teatro activo donde el público se convierte en parte del espectáculo. «El que va a ver nuestros espectáculos participa, no es un mero observador. Es un viaje emocional en el que la audiencia es parte del movimiento», explica Costa, destacando la interacción constante con el público que caracteriza sus presentaciones. En «De Evolución Humana», el espectador experimenta una montaña rusa de emociones en las que la comedia y la tragedia se entrelazan para pintar una metáfora crítica de la sociedad actual.

La pieza, que ha recibido elogios por su innovador uso de las máscaras, es dirigida por Alfredo Iriarte y Julia Musio. Iriarte, reconocido internacionalmente por su obra en la mascarería y recientemente nombrado personalidad destacada de la ciudad de Buenos Aires, ha diseñado en colaboración con Gabriel Aguastavino, máscaras y escenografías que amplifican el efecto visual y emocional del espectáculo. «Comenzamos trabajando con las máscaras tradicionales de la comedia del arte, un estilo italiano que nació junto al capitalismo, pero Alfredo nos desafió a crear máscaras nuevas. Esto nos permitió encontrar algo más allá de la comedia del arte tradicional», cuenta Costa. El resultado es una relectura sofisticada que combina humor físico, teatro corporal, clown, danza contemporánea y hasta elementos de hip hop y rap.

El argumento de «De Evolución Humana» toma raíz en un fragmento de la obra de Leopoldo Marechal y se expande en un guion audaz que no teme exponer lo ridículo del poder religioso, civil y militar. Una parte icónica del espectáculo retrata una parodia del poder religioso donde «todos terminan dándose la paz a través de golpes, convirtiéndose en una fiesta en la que los espectadores terminan bailando y cantando», narra el actor. Pero este espíritu de jolgorio efímero se rompe cuando la obra confronta al público con situaciones más serias y reflexivas, forzando al espectador a considerar el impacto del poder en sus propias vidas.

«De Evolución Humana» no deja a nadie indiferente. Costa lo asegura con una sonrisa: «Es una obra que impacta. Recibir comentarios al final de la función sobre lo que les tocó pensar, sobre cómo tocó sus nervios, te dice que estamos haciendo el trabajo correcto».

El uso de máscaras en la pieza exige un control físico y expresivo notable por parte de Costa, quien describe el teatro corporal que realiza como uno «de alto rendimiento». «Es más que una actuación física; es un acto de total entrega y profesionalismo, aunque no estemos hablando de grandes ganancias económicas», reflexiona Costa. La exigencia física es intensa, pero también gratificante. «Termino la función lleno de energía, no agotado, y listo para desmontar el escenario», destaca el actor.

A medida que la pieza continúa hasta mayo, antes de embarcarse en una gira europea, Costa invita a todos a experimentar esta obra única que desafía las fronteras del teatro convencional. «Para nosotros es un orgullo poder comunicar lo que comunicamos y estar presentes grupalmente como argentinos en este momento tan difícil», finaliza Costa, extendiendo una invitación a todo aquel que quiera embarcarse en esta reflexión sobre el papel del poder en nuestra humanidad.

Las entradas para «De Evolución Humana» están disponibles a través de Alternativa Teatral, y la obra se presenta en La Carpintería, ubicada en Jean Jaurés 858, ciudad de Buenos Aires.