«Escribir es un proceso de investigación que me lleva a ciertos lugares, y estas coordenadas parecen resistirse, incluso a pesar mío,» confiesa Sucari, cuando se le pregunta por las constantes de su narrativa, marcadas por protagonistas femeninas, viajes y la presencia animal. «Creo que la escritura me guía hacia donde me siento cómoda, pero este viaje comenzó desde la perspectiva de él», afirma, refiriéndose al innovador origen de la obra.
La novela arranca con la historia de una separación; una mujer que decide dejar atrás su relación de siempre. «Inicialmente, exploré la voz del hombre que permanece. Sin embargo, descubrí que lo que realmente me intrigaba era narrar la historia de la mujer que se aleja, de cómo ella decide perderse en un tren», relata Sucari, delineando el corazón de «Casi Perra».
Profundizando en la idea de la desescritura
Leila Sucari revela que la esencia de su novela se fue manifestando a través del proceso de desescritura, donde eliminó hasta concebir lo que describió como «la sustancia del asunto». Este procedimiento, enriquecedor y desafiante, deja una historia breve que renuncia a otorgar coordenadas fijas. «Quería un personaje abierto, que permitiese al lector participar en su escritura. Dejar que el otro interviniera y escribiera conmigo», explica la autora, enfatizando su deseo de crear un espacio de co-creación con los lectores, en el que ellos podrían concluir la identidad de la protagonista, quien carece de nombre en la novela.
Sucari no evade la referencia, enfatizando su interés en «lo que ocurre dentro del cuerpo» y citando a Roland Barthes: «Donde hay cuerpo, no hay estereotipos.» Para la autora, el relato desde el cuerpo concreto prevalece sobre cualquier idea preconcebida o intelectual.
La pandemia como paisaje de inspiración
Sucari admite que «Casi Perra» tomó forma durante la pandemia, etapa que brindó un ambiente particular de introspección y aislamiento. Confiesa que el tiempo de encierro estimuló su conexión con la naturaleza y el silencio: «Salía mucho a caminar, llené mi casa de plantas. Cambiar el punto de vista fue clave para repensar qué es un cuerpo.» La pandemia, más que obstáculo, fue un lienzo que permitió a Sucari explorar el proceso interno de transformación y mutación.
El elemento de la mutación —física y lingüística— también se refleja en su obra; la protagonista comienza a perder el habla, el lenguaje humano se desvanece, una temática que resuena con la experiencia del aislamiento durante aquellos momentos históricos.
Reflexiones sobre la escritura y futuros proyectos
“Casi Perra” emerge como un reflejo de las profundas obsesiones literarias de Leila Sucari, quien se adentra en temas como la frontera difusa entre locura y normalidad, la identidad y el deseo de submersión en la naturaleza. «Encuentro estas conexiones al concluir, no mientras escribo,» señala, evidenciando que sus procesos creativos son en buena medida inconscientes.
Sobre sus futuros proyectos, Sucari adelanta que su próxima novela será diferente y promete explorar otras velocidades y paisajes narrativos con una protagonista adolescente. Sin embargo, la exploración interna, la búsqueda poética y filosófica, parecen seguir siendo una constante en su universo literario.
Sucari expresa su agradecimiento por el respaldo y la oportunidad de exponer las complejidades de su trabajo, y deja abierta la invitación a sumergirse en «Casi Perra», un viaje interno y transformador que invita a cada lector a compartir la carga creativa de su historia.
Conclusión
Leila Sucari se perfila como una escritora que desafía las normas convencionales de la narrativa, integrando poesía, filosofía, y una búsqueda íntima y colectiva en su particular estilo literario. Con «Casi Perra», nos ofrece una puerta a un universo tan intrigante como abierto, donde el lector es un participante activo en el descubrimiento de la identidad de sus personajes y el mundo que habitan.
