Los Muchachos Futbolistas: la lucha gremial y la ausencia argentina en los mundiales de 1950 y 1954

Los Muchachos Futbolistas: la lucha gremial y la ausencia argentina en los mundiales de 1950 y 1954

El periodista Ariel Borenstein presenta su nuevo libro «Los Muchachos Futbolistas» una obra que explora la relación entre la huelga futbolística de 1948, la profesionalización del deporte y la ausencia de Argentina en los mundiales de 1950 y 1954. A través de una investigación meticulosa, Bornstein analiza cómo estos eventos configuraron el fútbol argentino y las tensiones gremiales de la época peronista.

Nos interesa hablar de fútbol y de un nuevo libro que se llama «Los Muchachos Futbolistas: la lucha gremial de los jugadores y la ausencia argentina de los mundiales 1950 y 1954.» El libro lo escribió el periodista Ariel Borenstein tras una larga investigación, bien documentada, que toca temas con los que aquellos mayores de 50 años seguramente crecieron. Por ejemplo, muchos pensaban que era un mito que “los argentinos les enseñaron a jugar al fútbol a los colombianos,” lo cual tenía que ver con la huelga del 48 y la partida de jugadores como Adolfo Pedernera y Alfredo Di Stefano a Millonarios de Bogotá. Para hablar de esto y del libro, estamos en comunicación con Ariel Borenstein.

Sí, claro, para nuestra generación, siempre hubo historias que parecían mitos. Yo tengo 51 años, pero la pregunta que me motivó a hacer este libro es por qué un gobierno peronista, específicamente el de Perón y Evita, no pudo resolver este conflicto. Hubo una huelga que duró seis meses y fue una de las más importantes, impulsada por los jugadores de fútbol. Era curioso entender por qué existía una lucha tan prolongada en un contexto de un gobierno que se identificaba con los trabajadores.

En mi investigación, descubrí que la pelea por la profesionalización del fútbol comenzó con una huelga en 1931. En 1948, este problema aún no estaba resuelto y los dirigentes de la AFA incluso propusieron volver al amateurismo. Esto fue impulsado por dirigentes influyentes como Liberti de River Plate, quien inicialmente promovió el profesionalismo pero luego cambió de opinión.

Es interesante porque cuando ya había un golpe en 1955, todos los emblemas del deporte peronista fueron sancionados por considerarse profesionales. Este enredo es uno de los aspectos que más me intrigó, y me impulsó a buscar una lógica en estos hechos aparentemente desconexos.

La investigación no fue sencilla. Hubo mucho material de la época, en diarios y revistas, aunque encontrar gente viva que recordara esos eventos fue más difícil. La revista peronista Mundo Deportivo, por ejemplo, mostraba debates internos sobre el profesionalismo. Algunos artículos criticaban a los jugadores por enfocarse solo en el dinero, mientras otros advertían que el amateurismo era un criterio elitista.

Es fascinante porque uno no debería comparar a los jugadores de esa época con estrellas como Messi hoy en día. En aquel tiempo, incluso figuras como Cesáreo Onzari no tenían garantías económicas. Algo tan básico como asegurar la manutención de su familia mientras ellos competían en el extranjero no estaba garantizado por la AFA.

Diego pregunta: ¿Qué hubiera pasado con Argentina en los Mundiales del 50 y 54? Vos citás la revista Goles que decía que ningún campeón lo sería sin vencer a Rusia, Hungría y Argentina. Rusia y Hungría también fueron grandes ausentes del Mundial del 50. ¿Qué creés que hubiera pasado? ¿Qué chances reales tenía Argentina en esos mundiales?

La gran contradicción es que Uruguay, que también tuvo su huelga en el 48, fue el campeón. Argentina en los años 40 ganaba la mayoría de los sudamericanos, derrotando tanto a Uruguay como a Brasil. Sin embargo, en 1949, muchos jugadores argentinos empezaron a emigrar debido a la aparición de ligas «piratas» no afiliadas a la FIFA, lo que facilitó su partida sin respetar los pases.

Sí, incluso en la revista Goles se decía que Argentina debía ir al Mundial. Sin embargo, la AFA decidió que no. La gira de Racing a España, donde le fue mal, y la salida masiva de jugadores a Colombia contribuyeron a esta decisión.

Finalmente, a Argentina le fue mal en el Mundial de 1958 porque, aunque tenía buenos jugadores, no logró conformar un equipo competitivo. Las derrotas escandalosas como la de Hungría indicaron que algo se había perdido. Teníamos jugadores para formar equipos simultáneos, pero no se pudo consolidar un buen plantel.

Perón y el gobierno tuvieron una postura complicada con la huelga. Aunque los jugadores no veían su lucha como antiperonista y querían formar un sindicato, no lograron obtener apoyo inmediato. El gobierno mediaba pero finalmente respaldó a los dirigentes. Solo en 1949 se oficializó a Futbolistas Argentinos Agremiados, pero incluso entonces había tensiones por el techo salarial.

En Colombia, la salida de jugadores argentinos fue masiva, como en México antes, y esto afectó al fútbol local. La huelga y las ligas piratas fueron factores determinantes en este éxodo.

En conclusión, «Los Muchachos Futbolistas» tiene una narrativa rica que une eventos históricos significativos del fútbol argentino y su contexto político. La exploración de estos eventos a través de un enfoque gremial y social revela aspectos olvidados o poco conocidos de una época crucial para el fútbol y la sociedad en Argentina.

Gracias, Ariel, por esta charla y felicitaciones por el libro.

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