El aclamado cantautor chileno Manuel García nos revela los detalles de la regrabación de su primer álbum “Pánico”, esta vez, con una perspectiva que combina la guitarra acústica y arreglos orquestales. García nos compartió su fascinante historia personal, desde sus raíces en la ciudad pesquera de Arica, en el norte de Chile, hasta su colaboración con el legendario Silvio Rodríguez en los estudios Ojalá de La Habana, Cuba.
La ciudad de Arica no solo le dio la «cercanía al mar», sino también una «sensibilidad artística» influenciada por la rica diversidad cultural de la región. “Soy un hombre de mar, pero también del desierto”, afirma García, evocando la dualidad de paisajes que influyó en su ser artístico.
Manuel García nos comparte una pieza inquebrantable de su identidad: el pueblo costero donde creció. «Vengo de un pueblo de tradición pesquera», dice, y revela cómo la vida en la frontera con Perú y Bolivia, entre el vasto océano Pacífico y el desierto de Atacama, moldeó su esencia. Describe Arica con una mezcla de nostalgia y poesía, un lugar que es «una especie de paisaje entre Macondo y Bradbury».
Su infancia y juventud estuvieron marcadas por la música y la poesía, con influencias que van desde Violeta Parra y Víctor Jara hasta León Gieco y Víctor Heredia. Estos artistas, según relata, formaron parte del «constructo social y cultural» en Chile, y su música fue siempre un reflejo de su entorno y vivencias personales.
La génesis de «Pánico» se remonta a esos años de formación. Originalmente concebido cuando era todavía un adolescente, el álbum se concretó con una mezcla de temas inspirados por experiencias personales y observaciones del entorno social, evidenciando ya entonces su habilidad como compositor. «Lo escribí cuando tenía como 13 o 14 años», recuerda, destacando la importancia de la guitarra y la voz como motores principales de su propuesta artística.
La regrabación de «Pánico» 20 años después viene acompañada de la bendición de compartir estudio con Silvio Rodríguez, un encuentro que Manuel nunca imaginó posible. La colaboración surgió a través de una serie de intercambios de cartas que emanaron respeto y admiración mutuos. García cuenta con humildad el gesto del maestro cubano de abrirle las puertas de su estudio, relatando con gratitud cómo «dividió su tiempo de grabación para que uno pueda estar ahí».
Sobre el show en Buenos Aires, el artista aclara que el concierto no se limitará a este álbum emblemático. Presentará «unos segmentos diferentes como ‘Bienvenida y Trova’, ‘Amor Dulce Amor’ y ‘Las Raíces'», en los que dialogarán canciones de «Pánico» con otras de su exitosa carrera. Será “una fiesta” en la que los asistentes podrán disfrutar una experiencia íntima y celebratoria de la música que ha definido su trayectoria.
Este evento especial tendrá lugar el viernes 12 de septiembre a las 21 horas en el Auditorio Belgrano. Las entradas están disponibles a través de Ticketet o en el sitio web oficial del artista, y prometen una velada cargada de emotividad y nostalgia en un lugar «muy lindo» en el corazón de Buenos Aires. Con la expectativa del evento, los seguidores de García en Argentina tendrán la oportunidad de revivir los 20 años de «Pánico», sintiendo de primera mano el viaje sonoro que el artista propone con su renovada visión musical.
Por último, García reflexiona sobre el impacto de su música más allá de Chile, haciendo una especial mención a su conexión con Argentina, país donde su carrera despegó inicialmente cuando fue invitado a abrir para el icónico Pedro Aznar. «La canción que da origen al título, ‘Pánico’, es una canción dedicada a Argentina en los tiempos del corralito», dice, subrayando el carácter latinoamericano y multicultural de su obra, tanto en su génesis como en sus múltiples inspiraciones y colaboraciones.
Así, García nos invita a sumarnos a su travesía musical, donde cada nota de guitarra y cada línea cantada son testimonio fiel de sus raíces y de su constante evolución como artista. Su nuevo concierto en Buenos Aires promete ser un viaje emocional que conectará los puntos de su historia y celebrará el poder de la música como puente entre realidades y corazones.