Nada sucede dos veces: El arte de la crónica y la entrevista según Pablo Perantuono

Nada sucede dos veces: El arte de la crónica y la entrevista según Pablo Perantuono

«Muchísimas gracias», responde Perantuono ante las felicitaciones por la publicación de su obra, y se adentra en una reflexión sobre el propósito de este libro: «Hay algo, digamos, cuando me puse a pensar, creía que sí, había como una especie de conformación, una especie de algo vinculado, algo que se entrelaza, se entrelaza de personajes que dialogan entre sí», comenta el autor. En sus palabras, el conjunto de relatos se transforma en un testimonio de época que invita a reflexionar sobre las conexiones ocultas entre sus protagonistas.

Uno de los aspectos más interesantes de las entrevistas de Perantuono es su habilidad para pintar una imagen completa y matizada del personaje. Él mismo confiesa que su enfoque se centra en desentrañar por qué ciertas figuras alcanzan el estatus de ídolo popular. «Me interesa como tratar de desentrañar, no solo indagar en la vida de ellos, en algunos detalles, etc., sino también, de algún modo, desentrañar la naturaleza de por qué esa gente se convirtió en ídolos populares, en fenómenos populares, cuál es el arte que se esconde detrás de ellos, más allá de lo evidente», explica Perantuono, refiriéndose a su deseo de escudriñar las capas menos visibles de sus entrevistados.

En la entrevista, se destacan dos encuentros excepcionales: su conversación con el Indio Solari y con Ricardo Darín. En el caso del Indio Solari, el relato de Perantuono de ser invitado a hablar en Nueva York añade una dimensión casi surrealista. «Sí, bueno, pero haciendo eso, de algún modo está poniendo como una gran condición, pero por otro lado está hablando del mismo», asegura el escritor, quien describe cómo la atmósfera de la ciudad también enriquecía la experiencia.

Por otro lado, al referirse a Ricardo Darín, Perantuono señala cómo exploró aspectos poco conocidos del famoso actor al hablar de su relación con su padre: «Ese día, por ejemplo, hablamos mucho del padre, lo que había significado su padre, del ejemplo de la austeridad que le había dado su padre, y me parece que ahí radica mucho también de la conducta, te diría, o la personalidad de Darín, en su relación con la fama, en su relación con el dinero, en su relación con el prestigio».

En cuanto a la esencia del arte de la entrevista, Perantuono reconoce la riqueza que surge desde el diálogo genuino, «me parece que no tiene comparación con casi nada», afirmando la importancia de dos personas encontrándose y dando celebración a la palabra. «Es algo que ocurre, y el tema de que pareciera que no hay tiempo, pareciera que no hay, que los medios tal como son hoy no dejan espacio para eso porque no hay tiempo», analiza Perantuono, haciendo hincapié en el arte olvidado de escuchar y alabar el hablar sincero. Aunque a menudo se perciba como un género menor, Perantuono argumenta que una conversación puede alcanzar dimensiones profundas y reveladoras.

El título del libro, «Nada sucede dos veces», resuena no solo como una declaración estética, sino también como un recordatorio de la singularidad e irrepetibilidad de cada encuentro y relato. La referencia a Wislawa Szymborska, cuyo verso inspira el nombre del libro, resuena con la implicación de que cada entrevista y experiencia periodística representa una oportunidad única y valiosa de captar la esencia de un momento, un tema que Perantuono reconoce en su anécdota personal con Mario Vargas Llosa.

En la conclusión de la charla, Perantuono rememora encuentros con personajes como Critian Bloom, cuyas facetas complejas fueron desentrañadas a través de conversaciones trabajadas y persistentes. La crónica de estos personajes olvidados o poco visibles resalta como un valioso testimonio de intensa observación y compromiso.

El relato de Perantuono de su experiencia en una cena pantagruélica con Francis Ford Coppola destaca la belleza inesperada de momentos mágicos que surgen en el trayecto de un periodista. «Y eso es maravilloso, porque encima, con el paso del tiempo, supe que esos dos, Coppola y el tipo que apareció, terminaron siendo muy amigos.», exclama.

Con «Nada sucede dos veces», Pablo Perantuono trasciende el acto de reunir perfiles, para ofrecernos una meditación profunda sobre la capacidad del periodismo para capturar y narrar la esencia de una era, y el papel del entrevistador como guía a través de las sombras y las luces de sus temas. El libro se consolida como un tributo duradero a la sinceridad de cada historia, y al poder infinito del diálogo contenido en el tiempo.