Osvaldo Soriano, quien dejó una marca imborrable en la literatura argentina de la segunda mitad del siglo XX, fue un escritor de éxito y un cronista excepcional, cuya vida fue tan errante como la de los personajes que describía. Ángel Berlanga, al abordar esta biografía, logra captar esa esencia, ofreciendo un relato que, aunque basado en hechos reales, posee la fluidez y el atractivo de una novela.
«La verdad es que el libro tiene una narración muy dinámica, como una especie de novela sobre Soriano, aunque no es ficción», Ángel Berlanga destaca subrayando la habilidad de Berlanga para hilar los detalles vitales de un hombre cuya «corta vida lo llevó de Tandil a Córdoba, a Buenos Aires, y finalmente al exilio en Bruselas y París.»
Berlanga describe cómo el «destino errante» de Soriano, influenciado por el trabajo nómada de su padre en Obras Sanitarias, enriqueció su perspectiva del mundo, lo que eventualmente se reflejó en su obra literaria. «Era un hombre que rodó mucho durante su corta vida porque falleció bastante joven», recuerda Berlanga sobre Soriano, quien murió a los 54 años. Este andar por distintas geografías y contextos culturales parece haber dotado a Soriano de una diversidad de experiencias que se manifiestan en su escritura.
El libro también se adentra en la historia del periodismo argentino de los años 60 y 70, una etapa dorada y tumultuosa, marcada por publicaciones emblemáticas como Primera Plana y La Opinión. Soriano no solo dejó una huella en la literatura argentina, sino que también jugó un papel crucial en el periodismo de su época. «Él cumple un papel muy grande contando de un modo extraordinario», menciona Berlanga, enfatizando «describe su llegada desde Tandil a Buenos Aires y su aventura con Timerman en La Opinión».
Un tema recurrente en la biografía es la relación de Soriano con el éxito popular frente al escaso reconocimiento académico. Durante años, Soriano fue el autor más vendido en Argentina, incluso en un escenario tan exigente como adaptaciones cinematográficas y traducciones internacionales. Sin embargo, las críticas de ciertos sectores académicos fueron ásperas, algo que Soriano no dejaba pasar sin responder. «Hablar de sus polémicas es ver cómo el escritor no rehuía las confrontaciones», afirma Berlanga. Estas tensiones son exploradas en detalle en el libro, destacando cómo su respuesta a las críticas se manifestaba no solo en artículos, sino también en su ficcional.
Ángel Berlanga también habla sobre el vínculo de Soriano con el fútbol, en particular con San Lorenzo. Aunque no fue el primer intelectual en abordar el tema, su forma de introducirlo le permitió abrir un nuevo camino para muchos autores argentinos. «Soriano fue un pionero, y es alguien a quien se lo recuerda muchísimo por los relatos futboleros», dice Berlanga.
«Soriano, una historia» presenta al lector una oportunidad de descubrir no solo al autor detrás de famosas obras como «No habrá más penas ni olvido» y «Triste, solitario y final», sino también al hombre que, a través de su pasión y trabajo, logró entrelazar su biografía con la esencia misma del país y sus trasformaciones.
El libro se perfila como uno de los grandes atractivos de la próxima Feria del Libro, donde seguramente atraerá tanto a fans devotos de Soriano como a nuevos lectores curiosos por descubrir al escritor que, a pesar de su enorme éxito, siempre mantuvo una hipercrítica mirada sobre la sociedad que lo rodeaba. Como concluye Berlanga comenta, «Soriano tiene temas de fondo muy profundos que no solo captaron miles de lectores, sino que interpelaron a la sociedad en muchas áreas distintas», un legado que perdura y se enriquece con cada nueva lectura.