En conversación con el director Pablo Di Paolo, se develan algunos de los elementos que hacen de «Tóxico» una propuesta teatral poderosa y conmovedora. Sobre cómo llegó a sus manos este texto, Di Paolo confiesa que lo encontró de manera fortuita durante unas vacaciones en España, país donde está editada la obra de Bekemans. «Siempre aprovecho esas circunstancias. Lo primero que hago es ponerme como espectador cuando leo», explica el director, quien busca obras que le toquen personalmente antes de considerarlas para llevarlas a escena.
La elección del texto, según Di Paolo, es una experiencia visceral: «Me aparecen imágenes, y lo que me surge claramente es algo en el cuerpo. La obra me atrapa, no la puedo dejar de leer. Son esas cosas… Por lo general, leo diez páginas y sé más o menos si es para mí o no. Cuando me empiezo a interesar por qué pasa el personaje… ese es, para mí, donde está la magia».
Para la puesta en escena de «Tóxico», subtitulada con delicadeza y atención al detalle, Di Paolo reunió a un elenco formidable. El director destaca la complejidad del texto y la profundidad de los personajes principales, lo cual requería la participación de «dos actorazos», como él mismo los describe. «En las circunstancias demandantes de esta obra, cuando hay que actuar y uno tiene que entrar con un pasado muy fuerte, realmente es muy complejo a nivel actoral», señala.
La química escénica ha sido particularmente exitosa entre Mara Bestelli y Marcelo Subioto. Este último, además de reemplazar temporalmente a Javier Pedersoli, es en la vida real la pareja de Bestelli, un detalle que aporta una dimensión adicional al vínculo en escena. Di Paolo comenta: «Marcelo hace mucho cine, mucho teatro oficial… Había visto la obra y le había gustado, lo que facilita mucho el interés de él, porque ya la conocía y demás».
El enfoque minimalista de la escenografía y la iluminación acompaña la intensidad emocional de «Tóxico». Di Paolo describe: «Trabajamos con prácticamente ningún elemento, lo que había ahí en la casa… para que justamente se destaque la actuación». La iluminación, diseñada por Achilles Gotell, es sutil y acompaña los distintos momentos, sin extravagancias, permitiendo que los actores brillen en su interpretación.
Sin música de fondo, la obra se basa en la tensión de los silencios entre los personajes, lo que resalta aún más el desencuentro y la narrativa dolorosa de su historia compartida. «Los momentos donde de repente no hay nada para decir… eran muy potentes porque marcaban más todavía la tensión», agrega Di Paolo, subrayando que la ausencia de música potencia el drama en escena.
Detrás de este proyecto, Pablo Di Paolo tiene una historia personal fascinante. Proveniente del mundo de la economía, encontró su verdadera pasión en el teatro tras experimentar en el Esportivo Teatral de Bartisa en Palermo. «Me maravilló con la actividad», afirma sobre su descubrimiento del oficio de contar historias y dirigir.
Sin duda, «Tóxico» se presenta como una obra imperdible, no solo por la audacia de su narrativa y la destreza de su interpretación, sino también por el viaje artístico culminado por Di Paolo y su elenco. Con funciones los sábados a las 22:40 en el teatro El Extranjero, ubicado en Valentín Gómez 3378, esta obra ofrece una oportunidad única para sumergirse en una experiencia teatral que promete resonar con su audiencia mucho después de que caiga el telón. Las entradas están disponibles a través de Alternativa Teatral.