Reseñas y Reflejos de «Stefano»: Un Retrato Atemporal

Reseñas y Reflejos de «Stefano»: Un Retrato Atemporal

La obra estará en cartelera por un breve tiempo, con solo siete funciones restantes, todos los domingos a las 19:30 horas. El elenco, encabezado por figuras como Luis Longhi y María Francia, destaca también a Marcelo Bucossi, Elida Esquinocca, Mariano Falcón, Gonzalo Javier Álvarez, Nico Cúcaro y Lucía Palacios.

En una charla reciente con Rubén Pírez, él expresó la emoción y la expectativa de volver a presentar esta obra. “Fue un momento muy hermoso”, comenta sobre el estreno inicial. Sin embargo, la repentina intervención de la pandemia dejó todo en una pausa prolongada, «íbamos a reestrenar justo la semana de marzo, que se cortó toda la pandemia», detalla. Esta interrupción les impidió completar el ciclo de funciones que originalmente habían planeado.

La Atemporalidad del Clásico

«Stefano» aborda la vida de una familia de inmigrantes italianos, navegando sus sueños y desilusiones en un entorno que, como señala Pírez, resulta ser una metáfora poderosa de la actualidad. «Stefano es un clásico», explica, y en su opinión, podría considerarse «el clásico argentino por excelencia». La trama indaga en las relaciones intergeneracionales, los sueños no cumplidos y una realidad que deja a muchos fuera del sistema. Esta reflexión sobre la precariedad del artista en particular resuena en Pírez: «El artista es muy volátil, no tiene una seguridad, no tiene una red social que lo sostiene».

Para Pírez, «Stefano queda fuera del sistema, pierde trabajo», un destino que afecta la estructura familiar y personal de Stefano. Esta frustración, puesta en la escena por el poderoso elenco, se plantea con una riqueza lírica profunda que trasciende el tiempo.

Un Diseño Atípico y Poético

El lenguaje visual de la puesta en escena involucra una mezcla de estilos y épocas. Jaco, co-conductor del programa radial que entrevistó a Pírez, notó una influencia expresionista en los maquillajes, lo que el director confirma: «Perfecto, es un maquillaje expresionista». Este elemento se combina con el uso de máscaras que evocan «la comedia del arte», creando un puente con el pasado y dando profundidad al grotesco teatral característico de la obra.

«Yo cuando trabajé sobre Stefano empecé a ver lo mismo que en Enrique» compara Pírez, refiriéndose al toque autóctono del grotesco criollo, una forma de teatro que nació junto al Zainete en Argentina. Toda esta propuesta estética se basa en un collage, como él lo llama, que potencia el trabajo actoral a través de esta extravagante textura visual, instaurando un lenguaje distintivo: «Lo que yo hice fue tomar esa estética, esa línea, y apropiárnosla».

Construcción de la Escena

El desarrollo del montaje cuenta con un arduo trabajo de ensayos y preparación. Pírez describe su método para encontrar el verdadero dinamismo entre sus actores: «Siento que el teatro es lo que se construye entre dos palabras». De esta manera, trabaja para descubrir las contradicciones internas de cada personaje, esas que finalmente «generan la acción dramática».

Este enfoque meticuloso es particularmente visible en el vínculo entre Margarita y Stefano: «Hay un momento que es cuando el primer encuentro de los dos… para mí, eso que logramos construir ahí es la síntesis de la relación de los dos». La obra, aunque cargada de humor gracias a los elementos del grotesco, invita al espectador a reflexionar sobre sus risas: «La llave del grotesco es reírse y después terminar sintiendo de qué me estoy riendo».

Con esfuerzos que cruzan años y enfrentan adversidades, Rubén Pírez ha resucitado una obra esencial en el teatro argentino. «Stefano» se dedica no solo a narrar una historia del pasado, sino también a reflejar las continuidades y rupturas esenciales que continúan definiendo la experiencia humana, tanto entonces como ahora. En definitiva, Pírez nos ofrece no solo una puesta en escena, sino un espejo íntimo donde redescubrir la vida y los dilemas universales que plantea Discépolo.