El pasado jueves 28 de noviembre, el Museo del Libro y de la Lengua inauguró la muestra «Fogwill, Muchacho Punk», un homenaje vibrante a Rodolfo Enrique Fogwill, uno de los escritores más provocativos e innovadores de la segunda mitad del siglo XX. Este evento, que ofrece una mirada profunda al legado del autor, estará disponible hasta julio de 2025 en la sede de la Avenida Las Heras y Austria, detrás de la Biblioteca Nacional.
La exposición lleva el nombre en honor a «Muchacha Punk», uno de los relatos más emblemáticos de Fogwill. En esta historia, el autor recuerda: “En diciembre de 1978 hice el amor con una Muchacha Punk. Decir hice el amor es un decir porque el amor ya estaba hecho antes de mi llegada a Londres y aquello que ella y yo hicimos, ese montón de cosas que hicimos ella y yo, no eran el amor y ni siquiera, me atrevería hoy a demostrarlo, era un amor. Eran eso y solo eso. Lo que interesa en esta historia es que la Muchacha Punk y yo nos acostamos juntos.” Esta magnífica apertura marca el tono de rebeldía y sinceridad que caracteriza su obra.
Un recorrido por la vida caótica y multifacética de Fogwill
Rodolfo Enrique Fogwill no solo fue un escritor, sino también una figura marcada por la contradicción y el caos. En sus propias palabras, declaró: “Estudié medicina, letras, filosofía, matemáticas, canto, música, francés, inglés, alemán, rudimentos del griego y latín y olvidé casi todo. Enseñé metodología estadística, teoría de la comunicación, teoría de la ideología y sociología. No aprendí casi nada.” Su currículum es igualmente vasto y confuso: publicitario, investigador de mercado, redactor, empresario, especulador de bolsa, terrorista, estafador, columnista, profesor universitario y consultor de empresas, demostrando que su vida personal y profesional fue tan variada como sus estudios académicos.
Fogwill falleció en 2010, dejando atrás un legado literario disperso. Su vida personal fue igual de caótica que su obra, una característica que aquellos que lo visitaban notaban de inmediato. Su hogar en Palermo era una metáfora de su mente: «Había papeles por todos lados, libros por todos lados, puchos prendidos por todos lados,» describen quienes lo visitaban.
La construcción de la muestra: un archivo organizado
Después de su fallecimiento, sus hijos, Vera Fogwill y Andrés Fogwill, decidieron encargar a una historiadora y archivista la tarea monumental de organizar el desorden que había dejado. “Había computadoras también, pero no sabían las claves, entonces había que entrar a las computadoras”, explican. Del caos emergieron textos ocultos y manuscritos inéditos, algunos de los cuales fueron recopilados en nuevos libros, como «Memoria Romana» y «La Gran Ventana de los Sueños».
La muestra está organizada en seis estaciones que capturan la esencia de Fogwill. Una de las estaciones representa una piscina, simbolizando su amor por la natación y la náutica. Otra estación detalla su curiosidad por los sueños, con notas de reflexiones nocturnas que solía registrar. La exposición también abarca su obra literaria más célebre, como el libro «Los Pichiciegos», una crítica mordaz de la guerra escrita en 1982 que según el mito fue completada en tan solo tres días con la ayuda de cocaína. «Vivir afuera», una novela que retrata los excesos y lujos de los años 90, también cuenta con un espacio destacado.
Ponerse en contacto con el escritor y su caótico legado
El museo ofrece esta exhibición de manera gratuita, brindando a los visitantes la oportunidad de sumergirse en la caótica mente de Rodolfo Enrique Fogwill. La curaduría de la muestra ordena su vida y su obra, desde su desordenada casa hasta su vasta producción literaria, permitiendo entender mejor su impacto duradero en la literatura. Fotografías, ediciones de sus libros y cartas personales son parte de esta exhibición que busca rendir homenaje a un escritor que aún tiene mucho que decir.
Alrededor de su figura ha existido un relativo olvido, pero esta muestra se presenta como una oportunidad para revalorizar su obra. «Hubo un periodo en el cual se reeditaron algunos libros y su nombre estuvo presente, pero tengo la sensación de que esto viene a poner de vuelta su nombre en los primeros planos y es algo muy merecido», expresan desde el museo.
El legado de Fogwill, quien provocó, innovó y desafió las normas establecidas, es recordado y celebrado en «Fogwill, Muchacho Punk». Su influencia perdura, y ahora una nueva generación de lectores tiene la oportunidad de descubrir el genio caótico que fue Rodolfo Enrique Fogwill.