«Salvajes a la Hora del Té»: Un retrato cómico del salvajismo social con un toque histórico

«Salvajes a la Hora del Té»: Un retrato cómico del salvajismo social con un toque histórico

En una conversación entretenida y reveladora, Ludmila Krugliansky, actriz de la obra «Salvajes a la Hora del Té», nos sumerge en el fascinante proceso de creación de esta comedia musical que se presenta todos los jueves a las 22.30 en el Teatro Border, ubicado en Codoy Cruz 1838, Palermo. La obra, que originalmente comenzó como una tesis de facultad, refleja el inquebrantable espíritu creativo en tiempos de aislamiento social, cuando fue concebida durante la pandemia en 2020.

Krugliansky narra cómo el proyecto se originó en un ambiente tan adverso como fructífero: «Esto surgió en el medio de la pandemia en 2020, así que imagínate que tuvimos que hacer una obra musical de cero. En principio por Zoom, todo». A pesar de los desafíos iniciales, siguieron adelante, reforzando cada aspecto del musical desde la música hasta el vestuario, financiando el camino al éxito mediante esfuerzos de crowdfunding.

La historia de «Salvajes a la Hora del Té» ofrece una premisa provocadora al conectar hechos históricos con una ficción llena de humor. Krugliansky explica que la obra «retrata el verdadero salvajismo social a través de un tinte cómico» y está centrada en Emma, la anfitriona de un peculiar té de aristócratas, quien resulta ser la futura esposa de Charles Darwin. Este enfoque ofrece una crítica mordaz sobre el papel de la mujer en la sociedad y las tensiones entre lo civilizado y lo salvaje.

Krugliansky sostiene que eligieron este enfoque porque: «hay algo de lo histórico que es como, no sé si es que se sigue repitiendo hoy en día, pero que sigue vigente, ¿no?» Reflexiona sobre la continua relevancia de estos temas, diciendo «hay algo que sigue latente de eso, que era como muy fresco en esa época». La obra profundiza en temas como la opresión femenina, la discriminación y el significado de la civilización a través de un lenguaje cargado de irónica frivolidad.

Uno de los aspectos más notables del musical es su recurso del humor como una herramienta para transmitir mensajes serios. «Nos dimos cuenta que debía ser un material serio, entre muchas comillas», comenta Krugliansky. La mezcla de sátira y realidad busca despertar reflexiones profundas en el público: «Creíamos que satirizando todas estas conductas y comportamientos de estas mujeres, podíamos llegar a una moraleja mucho más interesante.»

El proceso de creación fue en sí mismo una odisea creativa donde nueve actrices unieron fuerzas para cohesionar sus ideas individuales y convertirlas en una obra siempre creciente. Krugliansky revela: «al tiempo que fuimos escribiendo el material, y que lo fuimos poniendo en el cuerpo, y que fuimos teniendo ayuda, fuimos mutando, y también uno va cediendo.» Trabajaron en una atmósfera de colaboración, exhortando la importancia de escuchar y aprender del otro en equipos grandes.

Una de las piezas clave para pulir el proyecto fue la incorporación de Julia Calvo, quien tomó el material original y lo refinó. «Nos contestó súper amorosa que sí, que le divertía un montón el material y que creía que podía pulirse muchísimo más,» dice Krugliansky. Como directora, Calvo trajo una nueva vida a la obra, destacando elementos escalonados y dirigiendo los ensayos con pasión y dedicación.

Otro elemento que aporta gran dinamismo a la obra es su uso de la música y el movimiento. «Nos basamos bastante en cosas modernas justamente como para esto, de demostrar que hay una reminiscencia del pasado en el presente,» menciona Krugliansky, refiriéndose a cómo las melodías y movimientos envolventes vinculan universos temporales y sociales, dando vida al personaje de Charlotte, interpretado por Sol Va.

En su papel de Petra, la criada, Krugliansky asume un rol fundamental. Petra, más que una simple sirvienta, se convierte en un catalizador lleno de ingenio para el desarrollo de la trama. «Tiene una opinión muy fuerte de lo que está pasando,» enfatiza Krugliansky sobre su personaje, destacando su capacidad única para manipular los eventos con gracia y propósito.

En resumen, «Salvajes a la Hora del Té» es más que una comedia de época; es un comentario sobre las tensiones persistentes entre la civilización y el salvajismo social, iluminadas por el filtro de la risa. La suma de esfuerzos creativos, desde la escritura colaborativa hasta la dirección de Julia Calvo y la producción artesanal de vestuarios, hacen de esta obra un punto luminoso en la escena teatral contemporánea. Un espectáculo aclamado por la crítica que promete capturar la imaginación del público y revelar nuevas facetas de cada tema social tratado, cada jueves bajo las luces del Teatro Border hasta mediados de septiembre.