El subtítulo de la obra resume su propuesta: sobrevivir en un entorno que a menudo discrimina a las personas por el tamaño de sus cuerpos, sin caer en la trampa de los trastornos alimentarios. La autora hace una crítica severa a la «cultura de las dietas» y al pesocentrismo que ha dominado la narrativa de la salud por décadas. «La hegemonía de la delgadez pesa mucho porque hace 50 años que venimos con esta idea de realizar dietas para adelgazar», señala Lavia. El libro surge como un comentario sobre la necesidad urgente de cambiar el diálogo en torno a la nutrición.
En la entrevista concedida, Lavia reflexiona sobre la aparente contradicción entre la creciente preocupación por las dietas y la persistencia de la gordofobia. «Venimos de una sociedad que somos muy pesocentristas, que analizamos y evaluamos todo a través de la balanza», comenta. A pesar de la popularidad de movimientos como el veganismo y el vegetarianismo, el estigma hacia las personas con cuerpos más grandes sigue muy presente. Jesica Lavia atribuye esto a la industria de las dietas, que perpetúa estereotipos nocivos sobre la salud y la imagen corporal.
La autora explora también la cuestión de la accesibilidad de una alimentación saludable. Advierte que «la industria también te quiere hacer creer… que es más caro comer saludable». Sin embargo, plantea que esta noción está anticuada, sugiriendo que la noción de salud no debería reducirse a la delgadez o al conteo de calorías. «Cuando pensamos que salud es adelgazar o contar calorías, estamos en problemas», afirma categóricamente.
Jesica Lavia destaca la importancia de reevaluar lo que consideramos alimentos saludables, enfatizando que la calidad y composición de los alimentos son más críticas que su aporte calórico. «Entendemos que tiene que ver más con la calidad y composición de eso que consumimos que con la carga calórica», explica. En su libro, se desmitifica el valor que se ha dado a ciertos alimentos basados en su contenido calórico en lugar de sus beneficios nutricionales reales, como el caso de los frutos secos versus las mermeladas light.
Uno de los aspectos más cruciales que aborda la obra es la conexión entre las dietas extremas, como los ayunos intermitentes, y los trastornos alimentarios. Lavia advierte que «los trastornos alimentarios son multifactoriales, pero el 90% de las personas que sufren anorexia tienen como antecedente una dieta restrictiva». Este dato es especialmente alarmante para un país como Argentina, que según datos internacionales, ocupa el segundo lugar mundial en casos de trastornos alimentarios.
El libro, y la conversación en torno a él, no sólo expone la problemática actual sino que también llama a una reforma en la manera en que los profesionales de la nutrición son educados. «Es un tema que está más sobre la mesa… Pero si la formación profesional sigue siendo la misma, es un problema», comenta Lavia, subrayando la gran responsabilidad que tienen aquellos en roles de salud y comunicación.
En un apartado adicional de su libro, Lavia ofrece una perspectiva educativa sobre alimentos tradicionalmente censurados en las dietas, como las frutas después del mediodía o las papas. Recuerda cómo en el pasado se recomendaban productos artificialmente controlados en calorías, como los turrones, en lugar de opciones naturales. «Hoy entendemos que son productos naturales… siempre va a ser mejor que comer un producto ultraprocesado», argumenta.
Finalmente, la implementación de la Ley de Promoción de Alimentación Saludable en Argentina, con su etiquetado de advertencia frontal, es vista por Lavia como un paso positivo hacia una mayor transparencia en la industria de los alimentos. «Nos vamos a encontrar con una gran sorpresa… La mayoría de los productos del supermercado van a tener exceso de azúcares», predice. Espera que estos cambios fomenten una conciencia alimentaria más informada y menos influenciada por los intereses comerciales.
Con «Sobrevivir a un Mundo Gordofóbico sin Caer en Trastornos Alimentarios», Jesica Lavia no sólo desafía las normas establecidas sino que también nos invita a replantear nuestras propias percepciones sobre lo que significa ser saludable. El libro es un recurso valioso para quienes buscan una comprensión más completa y menos juzgadora de la nutrición en un mundo donde la imagen y el peso continúan siendo temas sobresalientes y a menudo mal interpretados.