Débora Simcovich, autora de todos los tangos en el álbum, conversa con nosotros sobre este lanzamiento cargado de emociones y significados. «El disco es una especie de pintura del barrio donde me crié», expresa Simcovich al referirse a Villa Crespo, su hogar natal. La compositora destaca cómo el álbum combina «pintura de barrio» con un fuerte componente romántico, creando una colección única y entrañable. La vinculación entre Zinkovic y la Orquesta Victoria nació de manera fortuita en el Café Vinilo y ha florecido en una colaboración exitosa y enriquecedora. Como explica Zinkovic, «el sueño de cualquier compositor y letrista es encontrar una orquesta tan dinámica, receptiva y idónea».
La influencia de Villa Crespo se manifiesta en temas como «Medio Cuadro Inmortal», que relata una experiencia personal y un homenaje a la vida en el histórico barrio. Simcovich recuerda cómo en una tercera grabación de la canción se incluyó por primera vez la referencia al club Atlanta, un ícono local, señalando una especie de «sacrilegio» al no incluirlo anteriormente. «Hablando de Villa Crespo y no mencionar a Atlanta parecía inadmisible», comenta, subrayando cómo el destino parece cerrar círculos emocionantes en su trayectoria artística.
El repertorio de «Tangos Bohemios» incluye también otros temas regrabados, como «Hermana Mía», un conmovedor homenaje a una hermana fallecida, y nuevos arreglos de canciones grabadas en inglés. Parte del encanto del álbum reside en la variedad de voces y estilos de interpretación, con Lucila Priotti y Santiago Vinelli aportando sus talentos. «Vinelli viene de la ópera, lo que da un aporte muy interesante al tango», expresa Simcovich, confiada en la singularidad que cada cantante trae al proyecto.
El proceso creativo colaborativo entre Débora Simcovich y el director de la Orquesta Victoria, Alejandro Drago, es, según Simcovich, una compenetración de amistad y profesionalismo. «Es crucial encontrar la gente con la que podés trabajar en equipo, cada uno aporta algo único», reflexiona sobre esta dinámica de creación artística. Para Zinkovic, la Orquesta Victoria representa no solo la perfección técnica, sino también la preservación de un sonido tradicional en el tango que resuena profundamente en ella. «Tienen arreglos milongueros, pero conservan esa esencia tradicional», comenta.
El evento también busca celebrar la contribución de las mujeres en el tango, un ámbito históricamente dominado por hombres. Simcovich manifiesta su deseo de que más mujeres se animen a crear tango, no solo tocando o cantando, sino componiendo desde la raíz. «Es posible generar desde el principio el tango… todas las mujeres que alguna vez quisieron componer, sepan que pueden», alienta Simcovich.
La presentación del disco tendrá un contexto por demás apropiado y emotivo. La Orquesta Victoria se situará en un palco con el emblemático fondo de la estatua de los músicos de Pugliese, generando un marco que refuerza la conexión con las raíces del tango y del barrio porteño. «Para mí, es una de esas vueltas increíbles donde volvés a tus raíces literalmente», afirma Simcovich, ya que la «Media Cuadra Inmortal», referida en su obra, se encuentra a pocos pasos del lugar del evento.
En cuanto al futuro, Simcovich continúa componiendo prolíficamente. Instalándose en San Francisco, California, la artista no se separa de sus raíces. Sus creaciones son una forma continua de mantener ese lazo vital con su patria chica. «Es como si me corriera en la sangre», describe, evidenciando el misterioso y apasionante proceso tras la creación de sus tangos.
La velada promete ser una noche memorable, un regreso a las raíces en el corazón de Buenos Aires, con entrada libre y gratuita. Débora Simcovich y la Orquesta Victoria invitan a todos a disfrutar de este homenaje al tango y a las mujeres que lo enriquecen con su talento y pasión.