Damián Ortega: Desentrañando la Complejidad Artística Detrás de un Escarabajo Icónico

Damián Ortega: Desentrañando la Complejidad Artística Detrás de un Escarabajo Icónico

En una charla íntima, el reconocido artista mexicano Damián Ortega nos cuenta sobre su obra más emblemática, un Volkswagen Escarabajo desarmado y suspendido, expuesto en la muestra «Espejos de México» en Fundación Proa. Ortega compartió detalles sobre su proceso creativo, la logística de llevar esta pieza a diferentes partes del mundo y su relación con la Ciudad de México.

El sábado pasado inauguró en Fundación Proa, allí en La Boca, la muestra Espejos de México, una exposición que propone un recorrido por las obras de renombrados artistas internacionales nacidos en el país Azteca y que se presentan por primera vez en la Fundación. Ellos son Julieta Aranda, Abraham Cruz Villegas, Rafael Lozano Hemmer y Damián Ortega. El proyecto, diseñado por Proa, tiene como premisa exhibir, debatir y estudiar la monumentalidad en las obras, así como las experiencias y pensamientos que cada una de ellas concentra. La verdad, muy variado, muy bueno. Una gran trabajo de curaduría ahí. Y está la obra de Damián Ortega, la famosa obra de Damián Ortega, con su escarabajo separado por partes, suspendido, que ha ganado la Bienal de Venecia y está llegando por primera vez al país.

-Estamos en charla con Damián Ortega. Damián, ¿qué tal? ¿Cómo va? Gracias por atenderme. Buen día.

¿Qué tal? Un gusto. Fíjate que no es la primera vez que vengo a Argentina. Me encanta y he venido muchas veces.

-La obra, la obra. La obra sí es la primera vez que viene.

La obra es la primera.

-Ah, sí. Eso habíamos consignado. Ah, vos ya viniste varias veces.

Sí, me gusta mucho, tengo buenos amigos y siempre es un placer visitarlos.

-Bien. ¿Y a Fundación Proa tampoco habías estado? ¿En Fundación Proa?

Fíjate que exponiendo no, pero sí vine alguna vez de visita. Es un lugar precioso. La boca además está lindísima y tiene una energía muy especial. Han hecho un trabajo increíble. Sí, es un privilegio estar aquí.

-Bueno. ¿Cuándo llegaste?

Llegué el día 22. Vino en avanzada un equipo para montar la pieza porque yo tengo trabajo en México y hasta el día 22 inauguramos y a partir de ahora está abierta al público.

-Es muy difícil de hacer esto, no la pieza en sí, que es un trabajo hermoso, sino llevarla, que sea itinerante. Digo, no es una pieza fácil de montar. Sin embargo, la has llevado a diferentes lugares. Incluso le has dado otro gusto. En algún momento ha enterrado otro tipo de significativo. No, digo, ya es algo fácil de hacer para vos, difícil como, digo, es una empresa que estás haciendo todo el tiempo.

Bueno, sí, tiene su grado de complejidad. Creo que hemos ido aprendiendo a movernos. Esta pieza ha estado expuesta por ahí en Los Ángeles, en Suiza, en Italia. Sí ha viajado mucho y por eso ahora ya tengo un equipo que me ayuda y es un gusto. Siempre tiene una vida especial, depende de donde la expongas. Y bueno, era parte de una trilogía de tres con el mismo auto. Hice tres piezas distintas, como una especie de trinidad. Es un auto que tiene su significativo en algunos lugares de Latinoamérica, por ejemplo en Brasil o en México, por supuesto. En México ni hablar. Es un auto muy usado y en Alemania es como un auto del pueblo, digamos.

-¿Esa multiplicidad de significados que tiene el auto también te ha servido para darle un significado múltiple también a la muestra?

Yo creo que sí, porque como que ha tenido una vida dentro del mundo del arte, con sus lecturas, sus interpretaciones, y que me siento muy afín a eso, pero por otro lado también se ha acercado mucha gente que le interesa la mecánica, que le interesa el que tiene historias con sus coches, alguna vez ido de viaje o memorias de algún momento que tuvo uno, porque como dices, en México era parte del paisaje, había cientos, había miles de estos coches que la gente podía, del pueblo, trabajadores, gente, estudiantes, podían tenerlo y no era tan caro mantenerlo, podían repararlo por sí mismos. Era una etapa muy especial, antes de que los coches fueran tan complicados con todos los sistemas ya digitales, había algo mucho más análogo y más mecánico. Entonces creo que eso genera una identificación de mucha gente, ha sido una pieza muy popular.

-Vos sabés, Damián, que muy casualmente, más adelante vamos a hablar de una obra, de teatro, que tiene en su escenario un auto, un Volkswagen, un auto así también, un Escarabajo, un Beetle, en escena. Y cuando uno lee las críticas de esa obra, esa obra habla de que ese auto da como una idea cinematográfica. Creo que pasa lo mismo también con tu obra, vos haces cine, Y hay algo de eso también,

He hecho algunas películas, sí, alguna cosa traté todavía de hacerlo con cine Super 8, con cine de 16 milímetros, y bueno, mientras se pueda lo haré, pero también ya he incursionado un poco en el video.

-Obviamente que lo que está aquí es una mínima parte de tu obra, que es esta, y muy importante, pero tenés una obra mucho más grande, y querría saber cómo, por qué elegiste esta obra para traer aquí, pudiendo traer otras, y cómo se imbrica en el resto de las propuestas, de tus otros tres compañeros.

Sí, bueno, mira, fue una iniciativa directamente de PROA. Ellos han tratado siempre de traer cosas como muy significativas, muy destacadas, y esta pieza pues tuvo o ha tenido su propia vida, su propia energía, y se ha movido por todas partes, Entonces ha salido en revistas, periódicos, miles de publicaciones, y entonces decidieron invitarla. A veces yo siento que la voy persiguiendo más que trayéndola, voy siguiendo la vida que tiene. Y bueno, creo que es interesante justo traerla a Sudamérica. Se relaciona como con la demás obra, utilizar un nombre de México. México, pues como Argentina, son países con una diversidad enorme de opiniones, de gente, de momentos, y creo que eso tiene la exposición. Tiene cuatro artistas que tenemos una… más o menos coincidimos como generación, y bueno, cada quien tiene una visión muy distinta del mundo, y eso creo que es bastante rico. Se relaciona quizá en ese diálogo que hay en la ciudad, en la Ciudad de México. Todos somos… convivimos ahí en la Ciudad de México, y creo que se siente un poco esa atmósfera de ciudad, de gran ciudad.

-Estamos en charla con el artista Damián Ortega, artista mexicano, que se está presentando junto a otros tres artistas mexicanos en la muestra Espejos de México, que puede verse hasta septiembre en Fundación Proa. Después vamos a ver bien todas las coordenadas y las direcciones. ¿Por qué te interesa particularmente desarmar o desnudar, si se quiere, lo que es el resultado de un proceso industrial, como en este caso un vehículo? Y sé que también lo has hecho con otro tipo de productos. ¿Por qué te interesa esa manera de entender el arte? Si se puede explicar algo así,

Sí, sí. Me gusta lo que dices. El desnudo siempre es interesante, Es una forma de descubrir una verdad, una realidad, una identidad, y encontrar una afinidad también, una complicidad. Y creo que eso sucedió con este coche. Es como abrirlo y conocer cada una de sus partes. Disfrutar cómo es esa comunicación, ese diálogo que hay de una pieza que se ensambla con la otra, que dialogan, que se integran y que van formando en esa diversidad, en esa individualidad, forman un sistema, un ecosistema o un sistema complejo, Y lo que es una fortuna o un privilegio es ver toda esta genialidad en cada una de las piezas, que cada una es indispensable, cada una es necesaria, cada una no tiene nada de superficial o de banal, todo es eficiente y se valora como una gran orquesta,

-Vos venís de la caricatura política, si no me equivoco. ¿Cuál es la relación entre todos los mundos? ¿Cuándo fue que hiciste el salto hacia este tipo de arte?

Fíjate que fue bastante natural o casi que venía desde la infancia. Me gustaba la caricatura y me gustaba la pintura. Muchos de los muralistas mexicanos, , que tenían cierta caricaturización de los personajes, una magnificación, son grandes muros con retratos, personajes, historias. Entonces creo que yo lo identificé más o lo interpretaba más como un cómic, como una caricatura y por ahí empecé. Sin embargo, yo tenía el interés de irme hacia la pintura, entonces comencé ya a usar formatos más grandes, a hacer, no óleo, pero sí pintar como un poco más con pinturas para coches. Entonces eso me fue llevando a la escultura, me fue llevando a la… como empecé a pintar en láminas, empecé a pintar con laca automotiva, pistolas de aire. Entonces creo que eso me fue llevando a una conciencia mucho más material, mucho más escultórica trabajar con objetos y me fue llevando a la instalación y a la escultura.

-¿Tuviste la oportunidad de recorrer un poco Buenos Aires y ver si alguien recrea o está en la misma senda, en la misma línea que vos propones en Argentina, en Buenos Aires?

Bueno, no precisamente, pero sí creo que hay un auge desde hace un tiempo en este énfasis o interés por la escultura que se vuelve, no exenta como un cuadro que marcas y que es un objeto simplemente en la pared, sino que se extiende, se expande un poco más por el espacio, que dialoga más con las condiciones políticas, con la historia de los lugares, con la función de un lugar y creo que es más una escultura más consciente, un arte más consciente en cuanto que tiene más diálogo con los… hacia el exterior,

-Vuelvo al Escarabajo, que está como deconstruido o estallado. Tengo entendido que el auto lo compraste vos.

Lo compré. Era un taxi, en la Ciudad de México. Un taxi verde. Estaba un poco maltratado.

-¿Y es un poco parte del proceso también? ¿De la obra?

Claro, porque no era comprar un auto en cualquier lado, no teníamos dinero para producir, más que muy poco, entonces fuimos y conseguimos un coche chocado, un taxi viejo, lo restauramos, lo reparamos y empezamos a clasificarlo de esta manera, Yo creo que siempre las piezas, lo que es muy interesante es que nunca sé exactamente cuándo empiezan, porque empiezan quizá con una idea muy remota, un interés por ahí de ir por la calle, ver los coches chocados, ver un manual de cómo se arma y se van armando las piezas. Y cuándo empiezan, pues creo que desde mucho tiempo atrás y terminan mucho tiempo después. Digamos, esta pieza la habré hecho hace unos años y ahora la siento, se vuelve a exponer y vuelve a tomar vida,

-Claro.

Entonces, me gusta esa idea de que el arte o la escultura no es muy claro su inicio ni su fin.

-Muy bien. Buenísimo, Damián, ¿hasta cuándo estás vos aquí en Buenos Aires?

Mañana es mi último día, me regreso a la Ciudad de México, ahí ando con varios proyectos y pues a ver si puedo regresar en algún momento. También traigo unos libros que estoy distribuyendo acá en Buenos Aires y entonces he venido dos o tres veces en los últimos años.

-Muy bien, Damián, gracias por charlar. Un gran abrazo. Un privilegio.

Igualmente. Un gran abrazo.

Era el artista Damián Ortega, mexicano, quien junto a Julieta Aranda, Abraham Cruz Villegas, Rafael Lozano Hemner, presentan Espejos de México. Esta exposición en Proa, allí en la avenida Don Pedro de Mendoza, 1929, en La Boca. Muy interesante, muy muy interesante, él con su escarabajo suspendido, 700 y pico de kilos.

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