«Discepolín, fanático arlequín»: un tributo a Enrique Santos Discépolo en clave de humor y nostalgia

«Discepolín, fanático arlequín»: un tributo a Enrique Santos Discépolo en clave de humor y nostalgia

El talento y la memoria de Enrique Santos Discépolo, célebre por sus inolvidables tangos como «Cambalache» y «Cafetín de Buenos Aires», vuelven a cobrar vida sobre las tablas en «Discepolín, fanático arlequín». Estrenada recientemente en el Espacio Experimental Leónidas Barleta, parte del Centro Cultural de la Cooperación, la obra es un trabajo meticuloso de homenaje teatral creado y protagonizado por Daniel Casablanca.

Casablanca, conocido por ser uno de los integrantes originales de la célebre agrupación teatral Los Macocos, se sumerge en el universo discépoleano utilizando su especial mirada humorística y su capacidad actoral versátil. «La pandemia nos dio un tiempo que normalmente no tendríamos para experimentar y probar cosas», reflexiona Casablanca sobre el proceso creativo, subrayando que fue un periodo valioso para desarrollar el peculiar lenguaje de la obra.

La pieza se asienta en una estructura que, según quienes la han visto, parece dividirse en dos actos diferenciados. Guadalupe Berby, directora de la obra, comenta que «la primera parte tiene mucho de clown, con humor abundante, mientras que la segunda parte se vuelve más introspectiva, con momentos de melancolía y tristeza». Esta dualidad ofrece al espectador un viaje emocional variado, estimulado por una narrativa que pasa de la solazada risa a la seria reflexión sin perder el pulso ni el ritmo.

Un aspecto especialmente comentado es el uso de la media máscara, que conecta sutilmente la comedia del arte con el grotesco criollo, género en el que Discépolo dejó su huella imborrable. «Creo que con esta segunda parte, que se pone más triste o melancólica, si logramos rasguñar los bordes del grotesco, me siento satisfecha», expone Berby, enfocándose en capturar el espíritu de la época y las emociones complejas del autor.

Uno de los puntos destacados de la obra es el momento gráfico en el que el personaje interpretado por Casablanca se enfrenta a la hoja en blanco, simbolizando la tan temida parálisis creativa que sufren los artistas. «Es el momento en que más nos encontramos identificados», comparte la directora, evocando las palabras que muchos del gremio artístico experimentan cuando ven esta representación simbólica.

La química entre Casablanca y Berby es palpable y no es fortuita; su historia trabajando juntos se remonta a varios proyectos anteriores incluyendo «Ya te encontraré», lo cual hace que el engranaje creativo que han desarrollado sea ágil y natural. «Daniel es una persona súper generosa al momento de trabajar, y que escucha, que corrige», resalta Berby, apreciando una dinámica de colaboración que sigue creciendo función tras función.

La obra «Discepolín, fanático arlequín» está disponible para el público en el emblemático Espacio Experimental Leónidas Barleta, en Diagonal Norte al 900, un sitio con un legado teatral robusto que enriquece la experiencia. Las entradas pueden adquirirse a través de Alternativa Teatral, así como en la boletería del Centro Cultural de la Cooperación en Corrientes. Según los espectadores, es una experiencia teatral imperdible: «Te lleva por todos los sentimientos en poco más de una hora», comenta un asistente, subrayando la capacidad del espectáculo para combinar risas y lágrimas en un mismo suspiro.

Este homenaje a Enrique Santos Discépolo es más que una simple representación teatral; es un diálogo entre épocas y emociones que busca honrar el legado de uno de los artistas más influyentes de la cultura popular argentina, a través de los ojos y el talento renovador de Daniel Casablanca.