Julián Axat, poeta y abogado, conversa sobre el movimiento Poesía y Derecho que inició en 2014 junto a Guido Croxato. Este esfuerzo busca conectar el lenguaje técnico y rígido del ámbito legal con la riqueza expresiva de la poesía y la literatura, reconociendo la importancia de un lenguaje más accesible en el ámbito jurídico.
Y vamos a hablar del movimiento Poesía y Derecho, así se dice, que empezó en 2014 por la iniciativa de Guido Croxato y Julián Axat. Es una cátedra abierta y una red extendida por todo el país que busca pensar otros modos de imaginar la ley y su relación con la palabra. Es interesantísimo esto, , porque la ley es algo, y el mundo de los abogados es como un léxico súper recontraestablecido y cada vez más técnico, y relacionarlo con la poesía o con otras alturas del lenguaje, pero le da otra dimensión.
Primer encuentro del año, el próximo 10 de mayo será, dentro de dos días en la Facultad de Derecho de la UBA, y estará dedicado al poeta y narrador Roberto Bolaño, a 20 años de su muerte. Ya sean, si son homenajes, a Juan Gelman, a Jacobo Fichman, a Néstor Perlong, a Idea Vilariño, a Mariana Walsh y a varios más, Borges, el gran Joaquín Januzzi.
Vamos a hablar con Julián Axat, que es poeta y abogado y militante de derechos humanos, a propósito de este movimiento. La verdad que es algo no tan fácil de explicar, por lo menos en palabras sencillas, y por eso hablamos con vos, pero tiene que ver con algo que busca, de algún modo, volver a relacionar al derecho y a la ley, con explicaciones un poco menos técnicas y más relacionadas con la literatura, con la poesía. Digo, ¿cómo nació este movimiento?
-Nosotros venimos trabajando con el tema del movimiento cultural y del derecho. Hay países que tienen un desarrollo de estos temas más profundo, En Estados Unidos hay muchas universidades que trabajan la cuestión cultural con la ley, en España también, en Francia también. En Latinoamérica y en México hay mucho desarrollo de movimiento cultural y de ciencias sociales dentro de las facultades de derecho. Pero bueno, en la Argentina y en Perú, Brasil, en otros países, las facultades están muy enmarcadas dentro del movimiento positivista y legalista y es muy difícil introducir imaginarios de la literatura dentro del derecho, Entonces, nosotros, digamos, introducimos elementos que en otras universidades de otros países vienen siendo ya parte de la formación de los estudiantes de abogacía, Para los estudiantes de abogacía estas cosas son excentricidades y no debería ser así, Deberían en las facultades de derechos enseñar o educar la cultura de la ley y no solamente la ley a seca, Es un gran problema en nuestras facultades. Formamos abogados repetidores de artículos de la ley, de losas de la ley y con poca formación en espíritu cultural, Entonces, nosotros nos atrevemos a poner en discusión esos imaginarios tan secos y duros del positivismo legalista, Ese es un poco el desafío y bueno, la cátedra lo lleva a cabo a través de la poesía, que es justamente el género literario quizás que más expone la cuestión espiritual y la palabra como coraje, Que también nos interesa mucho.
En algunos casos, Julián, y esto está claro en las elecciones que ustedes han hecho a quienes realizaron homenajes, porque María Elena Walsh, por ejemplo, por dar un caso, es alguien que escribió mucho también sobre la justicia, ¿cómo hicieron esa selección y por qué el próximo homenajeado en un par de días será Roberto Bolaño?
La selección siempre tiene que ver con nuestras obsesiones de lectura, Y también obviamente los autores que elegimos tienen alguna relación o han mencionado la temática de la justicia en algún momento. En el caso de Juan Gelman como poeta, las cuestiones de la búsqueda por la verdad, la justicia. María Elena Walsh, digo, muchos de sus textos hablan de la justicia, del derecho, digamos, en el mundo del revés. El juez, digamos, es un pez y etcétera,
Paul Celan, bueno, en fin, autores que hemos trabajado donde está la justicia como tema. Vamos a elegir esta vez a Roberto Bolaño porque Roberto Bolaño es el escritor que falleció en el año 2003 y a partir de ese fallecimiento se transformó en uno de los escritores más conocidos en Latinoamérica a partir de sus obras como Los detectives salvajes de 2666. Y quizás la cuestión jurídica es tangencial porque es un narrador, poeta, ensayista. Quizás es conocido más que todo por la obra 2666 que tematiza específicamente los asesinatos en Ciudad Juárez de las mujeres maquiladoras que se convirtieron de algún modo en el paradigma de reclamo del movimiento feminista, Y el sentido en México sobre los feminicidios que ocurridos en la frontera entre Estados Unidos y México. Y, bueno, un poco el trabajo va a ser hacer un homenaje y recordar la obra de Roberto Bolaño que poesía y, por supuesto, aprovechar como excusa eso como para introducir la cuestión en el imaginario de la ley,
¿Dónde aprende o dónde es que toma la costumbre de escribir un abogado como finalmente termina escribiendo? ¿Es en la facultad? ¿Escribiendo parciales? ¿Cómo es que? Porque hasta la secundaria, digamos que todos escribimos más o menos parecido,
Sí, sí, pero los abogados empiezan a escribir peor. Porque empiezan a escribir en la jerga leguleya. Claro. Es un tema, Me dirijo usted a B.S. Bueno, nada, me parece que la facultad de Derecho es una deformación o enseña la deformación del lenguaje en tanto que empieza a distanciarse de la realidad y del pueblo en las formas de decir y en las formas de hablar. Por eso hay todo un movimiento también del derecho del hablar claro, del lenguaje claro hoy en día que pone en discusión esa jerga de los abogados que busca distinguirse y separarse de los demás. Yo creo que la facultad de Derecho es culpable de ese retroceso en el lenguaje de los abogados pero por suerte dentro de las facultades siempre hay resistencias, hay lugares donde aparece lo alternativo y se surgen otros lenguajes.
Hoy en día hay muchos movimientos alternativos que contradicen ese movimiento del medio ego, el legulecho que habla siempre igual, que homogeneiza el lenguaje. No, perdón, pero la paradoja es que la sentencia debería explicar,
Sí, pero la paradoja es que la sentencia hoy en día no explica y tiene que ser traducida, necesita traductor. El abogado cobra un honorario por traducir una sentencia que el juez a propósito la escribe complicado para que el destinatario de esa sentencia no lo entienda. Por suerte hoy hay algunos casos donde hay jueces de niños, jueces que les leen a los niños en lenguaje claro o a migrantes con un traductor, pero son la excepcionalidad de los casos. Lamentablemente hoy en día los abogados siguen funcionando como traductores de la sentencia de los jueces, algo que no debería ser.
Lo que sucede también, Julián, y perdón que ponga una referencia personal, mi compañera es abogada y muchas veces yo veo lo que escribe y a veces me dan ganas de meterle mano en algunas cosas. No tiene que ver con las puntuaciones, sino con ciertas cosas de sentido y de algún modo se resisten a eso. Dicen, no, pero si le metes algo así no es algo jurídico, no es algo técnico. Pasa eso también,
Es la creencia de las facultades que generan que el capital del abogado que debe cuidar y proteger para poder seguir percibiendo, digamos, su salario, es el lenguaje complejo que debe traducirle al vulgo, Profanar ese lenguaje significa esclarecerlo y de algún modo para el abogado es terrible. Pero es así, la democratización del derecho significa que la gente pueda entender el sentido jurídico de las cosas. Por eso en nuestro pueblo muchas veces ocurre esta distancia clasista que hay entre la gente de a pie y el mundo de la ley, Y las distancias que hay para recorrer una cosa con la otra. Yo trabajo en temas de acceso a la justicia y te puedo asegurar que la gran, digamos, asimetría que existe en este país entre los ricos y los pobres es también la desigualdad como acceden a los tribunales, acceden a hacer sus trámites burocráticos, etc., Los pobres quedan atrapados en la burocracia y los que tienen medios y abogados y demás van resolviendo sus problemas en fácil tiempo, Porque, digamos, supongo, no hay ninguna regla escrita, bueno, justamente, No hay ninguna regla de, digamos, un juez puede escribir una sentencia en lenguaje coloquial siempre y cuando justifique su procedimiento con los códigos pero no hay nada que le impida escribir, no sé, como si fuera una crónica explicando lo que pasó siempre y cuando lo justifique, ¿o no? Por supuesto que sí, y hay casos donde jueces han fallado con un lenguaje muy simple y, de hecho, hoy en día están habiendo jueces que resuelven hacia destinatarios niños hacia destinatarios personas migrantes, hacia, digo, justicia laboral, justicia de menores y están corrigiendo ese lenguaje alambicado, ese lenguaje latín y están haciendo realmente lenguaje claro, Movimiento de lenguaje claro y, por supuesto, eso es a donde deberíamos ir, Que el pueblo pueda entender los actos de la justicia de manera sencilla sin un traductor.
Totalmente, te iba a decir, siempre que pasa eso suele ser una noticia y, además, en definitiva es acercar la justicia a la gente que muchas veces está muy cuestionada porque está alejada de la gente, La institución, la institución judicial, hecho por varios relevamientos y observatorios, la institución judicial es la institución del Estado que genera más desconfianza en la sociedad en tanto la gente desconoce cómo opera la justicia hacia su interior, cuál es la ganancia de los jueces, cuáles son los impuestos que no pagan y cuál es el lenguaje que utilizan. En ese sentido creo muy importante democratizar el lenguaje de la justicia y introducir un poco de poesía que es una manera también de dar aire,
Julián, para cerrar vamos a dar bien los datos de este encuentro de 10 de mayo en la Facultad de Derecho de la UBA. ¿En qué sala es y a qué hora y cómo se puede participar?
Es por Zoom.
Ah, bien.
La UBA en este momento, si uno abre la página de noticias de la UBA, tiene ahí a las 18 horas del día jueves, tiene el link para introducirse de manera gratuita a la sala y ahí estaremos haciendo este homenaje a Roberto Bolaño y hablando del lenguaje claro y las palabras de la ley con Guido Croxato.
Excelente. Julian, gracias por esta charla, felicitaciones por el laburo y lo mejor para vos y para Guido.
Julián Axat, poeta y abogado junto a Guido Croxato, que también es abogado y escritor. Lideran Poesía y Derecho, que es este movimiento, una cátedra abierta y una red extendida por todo el país que busca pensar otros modos de imaginar la ley y su relación con la palabra. Para mí es súper interesante. Muy interesante. Esta vez, a las 18 horas, hay que meterse en el sitio web de la Facultad de Derecho de la UBA o en el YouTube y ahí va a haber un Zoom a las 18 horas, esta vez dedicado, porque los homenajes han sido a muchos y muy grandes escritores y escritoras, en este caso a un crack absoluto como fue Roberto Bolaño, a 20 años de su muerte, increíble lo joven que murió Bolaño y lo mucho que había escrito y lo mucho que tenía para dar todavía.