En una conversación profunda, la autora habla sobre su trabajo más reciente editado por Anagrama, su proceso creativo y la conexión con la realidad europea.
-Bueno, Ariana, ya presentaste, pero ya se hizo la presentación oficial,
Sí, ya la presenté ahí en Falena, justo que había una chimenea, dos fuegos y bueno, se parecía un poco al lugar donde escribo. Sí, sí, ya la he presentado y lo que queda ahora es, bueno, todo lo otro, Charlar del libro, pensarlo, hacer lecturas y demás.
-¿Y qué devoluciones has tenido? Yo he leído críticas muy buenas del libro y también he leído muchas entrevistas que hiciste y obviamente que es un libro que impacta, impacta a los críticos e impacta a los que te hacen las preguntas. No sé si ya estás abrumada con tantas preguntas sobre el libro y sobre esta idea de que una protagonista que en un momento lo que le pasa, de algún modo la toma con resignación, pero después hay como una especie de explosión que hace que tome estas medidas, que cambie la conducta así.
– Sí, no, abrumada, Porque para mí, no a todos les pasa, pero a mí me parece fascinante. Escribir un libro es una cosa tan distinta a hablar de un libro, a pensarlo, incluso a leerlo ya una vez que está escrito. Son como dos vidas, realmente dos viajes distintos, no tienen nada que ver, pero es como pensar la escritura de un libro me parece apasionante también. Es como una segunda vida del libro, Y respecto a la trama es un poco como en «Degenerado». Ella está acusada de violencia, pero no se sabe si es verdad, nada se sabe del todo si es cierto o cada uno tiene su visión,
Claro, claro. Y leía también, Ariana, que el libro tuvo muchas etapas, que incluso escribiste buena parte del libro con otro punto de vista y eso lo desechaste de algún modo, ¿cómo fue ese proceso de ensayo y error hasta dar con la voz, con la narradora y con el tono del libro?
– Sí, es tal cual. Sí, por lo menos mis libros, hay que ver cada autor, Mis libros siempre piden, demandan, me parece, una reflexión muy grande y dudar, una reflexión muy grande acerca de quién tiene la voz porque el que tiene la voz debería tener en la novela la verdad, pero la verdad es algo absolutamente huidizo y endeble y frágil y entonces siempre me pregunto quién habla, ¿Habla él? ¿Habla ella? ¿Habla el verdugo? ¿Habla la víctima? ¿Habla el verdugo y la víctima? ¿El víctima y la victimaria y el verdugo? Entonces siempre el punto de vista es algo que es quizás lo más difícil de una novela, es el punto de ataque, Es la perspectiva de donde se va a contar, es como el cazador que se sienta y de dónde va a mirar para matar, Entonces lo escribí primero como diálogo entero, toda la novela era diálogo, después del punto de vista de él y ella y finalmente toda la novela desde el punto de vista de ella,
El título del libro «Perder el Juicio» tiene como un juego ahí con el juicio que pierde la protagonista, el juicio literal, digamos, y que se vuelve un poco así desquiciada, pero después pensé, también está el juicio que hacemos nosotros los lectores de esta protagonista que después vemos que puede estar un poco loca, en todo caso todos están un poco locos, todos están un poco desquiciados y ahí, pasando la mitad del libro, por lo menos yo hice un juicio o juzgué el propio juicio que había hecho cuando aparecen los suegros y empezamos a conocer un poco más a los suegros, que me parecen unos personajes secundarios increíbles, como que todos hacemos un juicio de lo que habíamos visto inicialmente y empezamos a medir la novela de otro modo a partir de la segunda mitad,
– Bueno, eso sería ideal y sería un sueño si ocurre eso. Sí, perder el juicio es el doble sentido de la pérdida de un juicio, la pérdida de la razón, de la cordura, de la cabeza, la típica frase «¿qué te pasa? perdiste el juicio, perdiste la cabeza» que nuestra lengua permite, porque otras lenguas o perdés el juicio en tribunales con los jueces y magistrados o perdés la cabeza y estás loco y es una pena que se pierda esa doble visión. Y sí, por momentos habría perdido la cabeza ella, hablo en potencial como hay que hablar en la justicia, y por momentos pierde la cabeza él, por momentos los suegros, por momentos el lector, En algún momento todos perdemos un poco la cabeza,
Y también hay, aunque por ahí no es tan fácil encontrar, pero es una novela del amor también, de lo que es el amor también, Que está cerca a veces de la locura, ¿no te parece? Y obviamente mi respuesta es sí, Para mí también es un libro sobre el amor, no tanto sobre el odio.
– Sí, total. Más bien sobre el amor, después que el amor tenga pasajes, fragmentos, minutos de odio, de violencia, de muerte, pero eso es como todo parte del amor, todo eso es parte del amor, pero es una novela sobre el amor, para mí sí.
Todo lo que se dice del amor está mal, dice en un momento, todo lo que entienden o dicen entender mal, el amor es una compensación, una venganza, el amor son cientos de monos agresivos que saquean a los creyentes en la puerta de un templo budista, dice esta novela promediándola por la mitad, página 64. Y también otra cosa que me gustó mucho de la novela son como esos flashbacks que traen un poco la historia de ellos dos, como para aclarar un poco el panorama. Cuando vos decías en algún momento, no lo iba en una entrevista, no me acuerdo si en la de La Nación, decías, no lo quería escribir en cursiva como para decir, bueno, esto es obvio que es de atrás, y al final dijiste, bueno, vamos como por el modo clásico de la escritura en cursiva para decir, bueno, esto pasó antes. Fue como aferrarte a algo como clásico y no buscarle como una manera complicada de mostrarlo también,
– Sí, porque me parece que todo el arte en general, pero bueno, la escritura en particular, se trata de contrastes, de compensaciones y de equilibrios, El arte es como una cosa equilibrando, no sé, en una pintura, entre el color y la forma, el color, la forma y la perspectiva, el color, la forma, la perspectiva y cómo se distribuye la imagen. Y en la escritura es, o en la música, y en la escritura es lo mismo. Entonces, si yo tengo una prosa, una escritura que tiende a lo barroco, al exceso, a la metáfora, a despegarse, , de la realidad o de la convención de la vida, bueno, démosle una forma un poco clásica, Como también para que el lector y yo misma, cuando lo escribo, tenga un lugar de apoyo, Entonces dije, bueno, vamos por lo clásico, Me parecía que me iba a ayudar eso, el soporte de lo clásico.
Y de manera, por ahí, increíble y medio sorprendente, como la actualidad del fútbol y lo que pasó con la Argentina, como tiene algunos puntos de conexión con la novela, el racismo de los franceses, que de algún modo también está en la novela, Como la actualidad te devolvió ahí un punto de contacto medio inesperado.
– Sí, es desesperante lo que ocurre en Europa, en Francia en particular, porque no vivo en otro país, pero en Europa en general es catastrófico, en algún sentido infinitamente peor que en otros niveles, que lo que pasa acá en Argentina, en Argentina son otros los problemas, y entonces la novela se hace eco de toda esa especie de catástrofe social que está ocurriendo, La novela también es una lectura, un mapa sobre la época, Si tengo la suerte de que se lea en medio siglo, verán los odios que hay en Europa hoy,
Estamos en charla con Ariadna Hardwick, la escritora Ariadna Hardwick, hablando de su última novela «Perder el juicio» que acaba de aparecer, editada por Anagrama.
Sigo con el tema de la actualidad, porque me parece que tiene que ver. ¿Te nutriste o te inspiraste o algo te llamó la atención de la actualidad allá? Como para decir, quiero hablar sobre esto, ¿hubo algún caso que se asemejara a lo que pasa en la novela?
– Bueno, qué suerte que no, aunque no te parecen repetitivas mis entrevistas, porque lo cuento en todo, pero sí. Yo, o sea, todas las novelas tienen como un terreno ahí, como un pantano autobiográfico inevitable. Aunque escribí ese cuento sobre esquimales o sobre niños nacidos en un convento en el siglo XVII, Pero sobre todo esta novela tiene un piso muy autobiográfico, más que las otras, porque las otras las escribí y después viví lo que había escrito, aunque eran como proféticas, como un oráculo raro. Pero esta no, esta en absoluto, esta es como, te diría en términos de chiste, biodrama, Pero obviamente toda novela después es una exageración absoluta, Uno se corta el dedo cocinando y después cuenta el cuento de alguien que pierde el dedo en la guerra, Entonces es autobiográfica, sí. Es autobiográfica, no. Pero es autobiográfica, sí. Entonces yo viví un juicio después. Te imaginarás que no quemé ninguna casa ni todo lo que sigue,
Bueno, ahí contás en una entrevista, decís que hay una cita muy buena de Kosarinsky, que decía, en lo sentimental es totalmente autobiográfico y nada autobiográfico en los hechos. Es eso,
– Totalmente, sí. Muchos autores lo dicen cada uno a su forma y me acuerdo de esa fórmula de Edgardo que tenía que ver con eso, En lo sentimental todo, en lo anecdótico nada. Es un poco esa, el entramado es ese, Ser capaz de sentir todo lo que sienten los personajes ya es autobiográfico. Después en el pasaje al acto la novela siempre exagera,
Exacto. Y también decías, no sé si en esta o en otra, porque leí varias entrevistas, que es operística tu escritura en un punto y estás escribiendo una ópera. Así que como que viene todo en el mismo envión,
– Totalmente, sí. Como que aprendí mucho sobre la ópera haciendo un libreto para la ópera que abrirá la temporada 2025 del programa oficial del Colón, que ya lo anunciarán. Ya está anunciado, pero ya lo anunciarán oficialmente en octubre, creo. Entonces, operística en todo sentido, en el sentido de lo musical, en el sentido de la exageración, de llevar al límite todo, de la emoción puesta como en hipérbole, Como una especie de exaltación. Y también de que habla del racismo, habla del antisemitismo, habla del crimen vicario, del amor entre dos que se odian y que se aman, pero sobre todo habla de la música. Como que yo pienso la escritura desde la música, no solo desde la realidad,
Bien. ¿Cuándo te volvés para Francia?
– Ya me estás echando, pero yo llegué hace 10 días y me quedo. Hasta fin de agosto estoy acá, a 10 minutos de la Rural.
Bien, bien. ¿Dónde vivís en Francia, Ariadna? Vivís en El Campo,
– Sí, sí. Es a dos horas de París, en el centro de Francia, en El Campo, lo que me da a mí una visión de Francia muy profunda, No es solo cosmopolita o de París turística,
Bueno, buena estadía acá, buen regreso también en su momento. Felicitaciones por la novela, por tu trabajo de siempre. ¿Y la película para cuándo se sabe que va a estar?
– La película sobre «Matate Amor» debería, estamos todos rezando en cada una de su religión, debería empezar a rodarse ahora, en estos días, en agosto, el mes que viene. Debería empezar a rodarse en agosto hasta octubre, ahí en Canadá. Supuestamente eso va a ocurrir. Es como, como es Hollywood, no tengo el teléfono como para llamarlo porque son estrellas de Hollywood, pero todo está dado para eso,
Era Ariana Harwixcz hablando de su última novela, Perder el juicio. Ariana es muy conocida en el mundo, porque «Matate Amor» fue traducida, no sé, ¿en cuántos idiomas?
– Sí, diez.
Exactamente, va a ser película, producida por Martin Scorsese.