El Museo de Arte Contemporáneo de Buenos Aires – Fundación Aldo Rubino, conocido como el MACBA, se erige en el corazón cultural de San Telmo, atrayendo a los amantes del arte hasta el 2 de marzo de 2025 para disfrutar de una trilogía de exposiciones únicas que exploran las intersecciones entre lo geométrico, lo onírico y lo gestual en el arte contemporáneo argentino. Sol Santich, coordinadora general del MACBA, nos ofrece una detallada visión de lo que estas muestras tienen para ofrecer.
Sol Santich expresó su entusiasmo por tener estas tres exhibiciones simultáneamente, destacando cómo representan tres generaciones distintas de artistas argentinos: «Son tres generaciones diferentes de arte contemporáneo argentino». La exposición de Ernesto Ballesteros, titulada «Químicamente Impuro», es un ecléctica colección que desafía las clasificaciones convencionales, abarcando pintura, dibujo, fotografía y performance. «El trabajo de Ernesto escapa a toda clasificación convencional», señala Santich, quien resalta cómo la versatilidad de Ballesteros se refleja en su capacidad para mezclar elementos lúdicos y científicos en su arte.
Ernesto Ballesteros, nacido en 1963, ha desarrollado una carrera prolífica que se exhibe en tres salas del museo, mostrando obras desde los años 80 hasta la actualidad. Esta muestra incluye experiencias interactivas, como una gran mesa que promueve la participación del público al permitirles redefinir su percepción visual y corporal de la realidad. En este sentido, la curaduría a cargo de Rodrigo Alonso se convierte en una invitación a involucrarse activamente con la obra. «Hay algo muy lúdico en las maneras de comportarse de los públicos en la exposición», afirma Santich, sugiriendo que el arte de Ballesteros no sólo es para ser visto, sino experimentado.
Por otro lado, el legado de Roberto Eisenberg aporta una perspectiva arquitectónica y política a esta serie de exposiciones. «Babel», dedicada a su obra icónica de las torres, no solo enseña su habilidad geométrica sino que también invita a la reflexión sobre temas de exilio y dictadura. En palabras de Santich, «mucho también ha tenido que ver seguramente esa relación contextual y personal en la realización de estas obras». Esta exhibición ofrece un paseo casi espiritual por sus monumentales torres, reflejando la vida y el tiempo congelado en el espacio.
Completando esta tríada artística se encuentra Estela Tisera, con apenas 25 años, cuya obra despliega un lenguaje onírico y gestual. A través de abstracciones viscerales, Tisera invita a los espectadores a explorar el caos y el orden. Su exposición en el espacio MACBA Cabinet se presenta como un laboratorio dinámico donde su joven energía y profundidad impresionan por igual. Según Santich, hay en su técnica una «necesidad del gesto emulado así, como una política de la duda», sugiriendo una búsqueda constante y desafiante.
Estas tres exposiciones, aunque no concebidas explícitamente para dialogar entre sí, se entrelazan de formas inesperadas. La audiencia, al recorrer las salas del MACBA, puede descubrir conexiones entre el control lúdico de Ballesteros, la solemnidad arquitectónica de Eisenberg y la gestualidad emergente de Tisera. Santich explica que «los visitantes automáticamente empiezan a construir esas uniones entre los tres artistas». Esto resalta cómo el arte contemporáneo argentino puede ser a la vez diversificado y coherente, ofreciendo múltiples niveles de interpretación.
Para quienes quieran visitar el MACBA, Sol Santich enfatiza la importancia de hacerlo pronto, ya que las exhibiciones estarán abiertas todos los días, excepto los martes, de 12 a 19 horas. Además, los miércoles son de entrada gratuita para docentes, jubilados y estudiantes, facilitando el acceso a una experiencia imperdible donde cada obra ofrece un diálogo distinto con su público.
Con esta notable muestra de diversidad artística, el MACBA reafirma su compromiso no solo con el legado artístico, sino también con la innovación y el futuro del arte contemporáneo argentino. Esperando nuevos comienzos en marzo de 2025, Santich adelanta que «los invitamos a sentir abstracto», dando paso a las primeras exhibiciones del año dedicadas enteramente a la mujer, continuando así un legado de inclusión y diversidad.
En conclusión, la exhibición actual del MACBA no solo celebra la riqueza del arte contemporáneo argentino, sino que también ofrece un espacio para que el público explore las múltiples dimensiones de la creatividad humana, desde lo más lúdico hasta lo más trascendental.